El fallo contra Raúl Castells no fue bien recibido por los dirigentes sindicales y de partidos de izquierda que escucharon la sentencia en la sala de audiencias. En el refrigerado salón de Tribunales, más de treinta personas aguardaron durante dos horas a los jueces, quienes recién aparecieron después de que el público reclamara su presencia con aplausos y cantando el Himno Nacional. Cuando ingresó al salón, Castells agradeció a sus seguidores el apoyo, dirigió gestos y saludos a su hija, a los sindicalistas Hugo Moyano y Julio Piumato, que se sentaron en primera fila y, a los gritos, advirtió: Vamos a seguir luchando por Argentina, para que se termine la bosta que está gobernando el país. En ese marco, el judicial Piumato y el líder de la CGT disidente, el camionero Moyano, coincidieron en destacar que esto es una vergüenza, fue una parodia de juicio. Esto se hizo para tapar el bochorno de dos años que lo mantuvo a Castells detenido. Piumato inclusive dijo que desde la CGT disidente se va a pedir el jury de los integrantes del tribunal. En el mismo sentido se pronunciaron dirigentes de partidos de izquierda y, entre ellos, Pablo Rieznik (PO), sostuvo que es un bochorno que (los jueces) por presión popular cambiaran de actitud. Eso los muestra como fieles empleados de Wal Mart.
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