Año CXXXIV
 Nº 48.972
Rosario,
lunes  18 de
diciembre de 2000
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Recorriendo Rosario. Es uno de los barrios más nuevos y alejados de la ciudad
Tío Rolo, un barrio tan familiar como su nombre
Viven unas 4 mil personas. Tiene sólo dos ingresos asfaltados. Pero una futura avenida cambiará su destino

Sergio Roulier

Tío Rolo es conocido por su nombre, ni siquiera la mayoría sabe que el barrio se esconde detrás de las fábricas de Ovidio Lagos al 6500, en el sudoeste de la ciudad. Hoy tiene apenas dos accesos asfaltados, pero en el futuro el desarrollo urbano terminará por anexarlo a la gran urbe. Quizás por eso su gente es tan anónima, trabajadora y tranquila. A mucho se les nota sus raíces norteñas, tanto por las tonadas como su ritmo de vida, lejano del ruido y del estrés. Viven unas 4 mil personas, casi la mitad de los que estaban hace pocos años hasta que la fundación del padre Santidrián impulsó la construcción de viviendas sociales. Las necesidades también aumentaron.
El nombre se remonta en los tiempos que por esas tierras había una estancia cuyo propietario era un norteamericano, don Rolando Barnet. Según cuentan los más viejos, al morir Barnet sus sobrinos que vivían en el centro iban a pasar los fines de semana a la estancia y el dicho más común de ellos era vamos a lo del tío Rolo (por Rolando). Y así quedó instituido el nombre de un barrio que se comenzó a urbanizar a principios de los 70.
La historia de Fernando García (50 años) es común a la de muchos tiorrolenses. Vino de joven desde su Santiago del Estero natal para trabajar en las quintas. Compró un terreno en la zona y se hizo la casa. Sus hijos se quedaron en el barrio como el resto de su familia, él sigue con el mismo empleo y también preside la humilde vecinal del lugar.
Hay desocupados (un 70%, según García) y los que trabajan, lo hacen en las industrias y empresas instaladas sobre la avenida Ovidio Lagos. También hay quinteros y empleados de los campos de deportes, que le dan otro color a la zona. La sede de los clubes no tienen mucho que ver con el barrio, apenas Duendes le permite a los pibes jugar al fútbol en una cancha de rugby.
El corazón del barrio son unas ocho manzanas de pequeñas casas rodeadas de mucho verde, sin veredas, con piletas de lona en la puerta y chicos alrededor. No hay edificios ni cables que impidan ver el cielo estrellado de las noches de verano. Las calles son semi angostas y apenas pasan los coches de la línea 132, cuyos choferes usan de parada al local de la vecinal. De los servicios, sólo faltan las cloacas y un teléfono público. La diversión es escuchar cumbia o mirar la tele, con antena satelital o el cable.
La gente se mueve poco, va al centro sólo cuando la salud los obliga, sin embargo todo el mundo tiene su bicicleta, moto o auto muy usado. Las compras indispensables se hacen en los negocios del lugar o a través de los vendedores que entran al barrio con sus propaladoras móviles.
La fundación Buena Nueva impulsó la autoconstrucción de viviendas sobre el camino nuevo a Soldini donde viven 150 familias. Y al lado, junto a la provincia, levantó una serie de casas (152 en total) cuyos ocupantes pagan 75 pesos por mes. La realidad social no difiere tanto al resto del barrio, tienen casi todos los servicios y les prometieron el mejorado de las calles.
Sobre la vía, se asentaron moradas con techos de chapa y se hicieron espacios públicos como una plaza sin nombre a la que no le faltan hamacas y tobogán y el dispensario donde se atienden unos 130 vecinos por semana. Del otro lado, hay un especie de triángulo (al que llaman Bella Vista) que se fue formando con el tiempo y hoy tiene vida propia.
Tío Rolo es un barrio de obreros, con muchas necesidades y con escaso movimiento. Los mayores sobresaltos pasan por una abogada que les reclama la titularidad de algunos terrenos. Pero también hay un futuro todavía incierto. El Plan Director de Rosario prevé que por allí pasará la prolongación de bulevar Avellaneda, hasta la ruta 18. A muchos les tendrán que expropiar la casa, pero algunos se mudarán a pocas cuadras. Con esta obra, el barrio se acercará más a la ciudad.



Los chicos arman el arbolito de navidad en la casa de doña Nena.
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