Más de cincuenta pymes del sur de Brasil sondearon en los últimos ocho meses la posibilidad de hacer negocios con empresarios de Rosario. En voz baja y sin las expectativas que generan los anuncios de las grandes inversiones, titulares y socios de pequeñas y medianas firmas de ciudades como Porto Alegre, Foz de Iguazú y del Estado de Paraná llegan en silencio a la ciudad, a la razón de dos o tres por semana, en busca de un distribuidor, un representante, un depósito, un local para utilizar de show-room, un proveedor o directamente un socio con quien formar una alianza estratégica para producir en Rosario.
El tipo de empresas brasileñas que tiene en la mira al mercado de la zona posee un plantel de hasta cincuenta empleados y en general pertenece a los rubros de indumentaria y alimentos, aunque también se destacan los fabricantes de muebles. Son pymes que vienen atraídas por los beneficios que les genera comercializar con un país que tiene una moneda cara, como es el peso argentino comparado con el real. Además, debido a sus estructuras y características no están en condiciones de exportar o hacer negocios fuera del Mercosur.
Precisamente, eligen como destino a Rosario porque es la plaza comercial más importante y accesible que tienen cerca estas pymes del sur del Brasil, que no se estiman con espalda para competir en Buenos Aires.
Las operaciones que se concretan son chicas en volumen, sobre todo si se lo compara con el tráfico comercial entre las grandes compañías que operan en el Mercosur. Pero lo que llama la atención es la magnitud y las características de la avanzada, ya que hasta principios de este año era muy raro que una pyme brasileña se largue a competir en la ciudad y hoy es cosa de todos las semanas que una esté intentando hacer negocios en Rosario, comentó Ricardo Diab, el presidente en Santa Fe de la Cámara de Comercio Argentino-Brasileña, la entidad que le sirve como base en la ciudad a las pymes brasileñas que buscan ingresar al mercado local.
Según relató el dirigente empresario, son los mismos dueños o socios de las firmas del sur brasileño quienes, con un muestrario de sus productos bajo el brazo, cruzan la frontera y bajan hasta el sur santafesino en sus propios vehículos para quedarse como máximo tres días intentando hacer negocios en Rosario. Estas compañías no realizaron estudios de mercado previos, generalmente están ensayando sus primeras exportaciones y viajan por separado sin el amparo de una misión comercial. No obstante, no vienen a la deriva e improvisadamente. Todo lo contrario, llegan a la ciudad luego de que el Sebrae, la influyente y poderosa entidad que les brinda apoyo técnico y asistencia financiera a las pymes brasileñas, les arma -en colaboración con la Cámara de Comercio Argentino-Brasileña- una agenda de contactos y los asesora sobre las características del mercado local.
Coco, pescados, pastas y mármol
Por ejemplo, semanas atrás, el propietario de una pyme de Río Grande Do Sul, llamada Esquina Do Coco, estuvo haciendo contactos con distribuidores de Rosario para comercializar en la ciudad el coco rallado que produce, pero además apura la formación de una alianza estratégica con alguna firma local que pueda rallar el coco que él provea desde Brasil, porque le es más barato que traerlo al país ya elaborado.
También vino a hacer negocios a Rosario el dueño de una pequeña fabrica procesadora de pescados de Toledo, una ciudad del Estado de Paraná que no tiene más de 50 mil habitantes. El propietario de Tilápia, como se llama la empresa, está en tratativas con un distribuidor local para vender en la ciudad sus pescados de mar, mientras hace contactos para comercializar en Brasil los pescados de río de esta zona.
Hace unas semanas recorrieron la ciudad los titulares de una fábrica de pastas frescas del noreste de Paraná, San Xtenu, y de una industria de muebles para living, Zan Spuma. Una estaba buscando un depósito y la otra, un local para instalar un show room.
Los brasileños vienen además a comprar bienes intermedios, como la firma Marmoraria Polipiedras, que fabrica baldosas y pisos de mármol, e inició contactos con una industria de la zona para que le provea de equipos de alta tecnología para ampliar su producción. Una fábrica de chapa de aglomerado de madera, Schuri Compensados, también realizó varias visitas a la ciudad para adquirir maquinas industriales para aumentar su producción en Brasil.
Varias razones de peso
Según comentan los empresarios que llegan a la ciudad, las razones económicas de la avanzada de las pymes brasileñas son dos: el período de crecimiento económico por el que atraviesa ese país y, sobre todo, la diferencia cambiaria que tiene a favor el real con respecto al peso argentino.
En efecto, los principales indicadores macroeconómicos del país vecino muestran que su economía está pasando por un período de expansión: el Producto Bruto Interno (PBI) crecerá este año el tres por ciento, el desempleo cayó en octubre al 7,5 por ciento luego de estar por encima de los ocho puntos porcentuales el año pasado, y a pesar de la devaluación, la inflación minorista este año sólo subió el 2,8 por ciento. Según un informe del estudio Broda, la devaluación del real fue del 50 por ciento, pero como la inflación mayorista ya se comió el 39 por ciento de la caída de la cotización , los productos brasileños son en promedio un 25/30 por ciento más baratos que los nacionales.
Precisamente, esa ventaja cambiaria a favor de Brasil es el principal incentivo para sus exportaciones a la Argentina. Por estos días, el real cotiza a 1,97 dólares, y al no dispararse los precios internos, las facilidades que les da el tipo de cambio para hacer buenos negocios en la Argentina es una tentación irresistible para los empresarios.
Pero además, hay otras variables que tienen en cuentas las firmas brasileñas a la hora de decidirse a hacer negocios en la ciudad. Pusieron la mira en el Gran Rosario porque es un centro comercial importante pero accesible para una pyme, a diferencia de lo que es Buenos Aires. Además, porque cuando bajan desde el sur brasileño esta es la zona cercana con más actividad y mercado que encuentran, sobre todo si la comparan, por ejemplo, con las localidades de Misiones y Corrientes. Incluso, ven a futuro la posibilidad de que una vez asentadas en Rosario empiecen a expandirse hacia Córdoba y Buenos Aires, explicó Diab.
También influye en la atracción de estas firmas a la zona, el posicionamiento que Santa Fe intenta ocupar en Mercosur. El aumento de la presencia de empresarios en las ferias y misiones comerciales hacia el país vecino puso a la provincia en el mapa de negocios del bloque económico. Entre 1996 y 1999, el Ministerio de la Producción de la provincia llevó a 1.954 empresarios para que participen en 70 ferias o misiones comerciales al exterior. De ese, total la mayoría se concretaron en el Brasil porque el país vecino es el principal destino de las importantes de las exportaciones santafesinas. Desde el sector privado, la Asociación Empresaria de Rosario lleva a 300 personas por año al Brasil desde 1994, mientras que la Cámara de Comercio Exterior de Rosario y la Cámara de Exportadores de Rosario también participan de misiones comerciales a la nación limítrofe.
El factor que está frenando que esta avanzada de pymes del sur del Brasil a la ciudad se convierta directamente en una avalancha es la misma razón que le permite a la Argentina tener superávit comercial con el Brasil a pesar de la devaluación del real: la fuerte recesión económica por la que atraviesa nuestro país. De recuperarse el consumo y la actividad, no hay duda de que la presencia brasileña se va a notar mucho más fuerte y cada vez va a tener más incidencia en la economía local, pronosticó Diab.
La Ciudad
