El presidente Fernando de la Rúa advirtió ayer que el blindaje financiero del FMI que anunciará al país, el próximo lunes, es una oportunidad que puede ser la última, al tiempo que hizo un llamado a todos los argentinos a poner confianza para salir de la crisis.
De la Rúa buscó cobijo entre las alas de la convención nacional de la UCR, que deliberó en la ciudad de Paraná, al pedir su apoyo a la gestión de su gobierno e hizo un llamado a sus socios del Frepaso para que consoliden y desarrollen la Alianza.
Antes, en una conferencia de prensa, el jefe del Estado volvió a ratificar que no hay cambios previstos en el gabinete, en tanto elogió al ex ministro de Economía Domingo Cavallo, al afirmar que le está haciendo un gran favor al país por su apoyo a la política que lleva adelante el gobierno.
De la Rúa también confirmó que la semana próxima se reunirá con Carlos Chacho Alvarez para analizar la propuesta que el ex vicepresidente le hizo llegar días atrás.
El blindaje es una gran oportunidad, pero puede ser la última, por eso yo convoco a todos los argentinos a que nos pongamos a crecer mientras que el gobierno tiene la responsabilidad de tomar las medidas que posibiliten ese crecimiento, sostuvo el jefe del Estado. Ya no habrá falta de confianza afuera, el riesgo puede estar sólo adentro, en los pesimistas de siempre, en los que quieran poner sombras sobre nuestra realidad, advirtió.
De la Rúa también fue consultado en su diálogo con los periodistas sobre la idea lanzada por Alvarez y el ex presidente Raúl Alfonsín, de realizar una gran convocatoria desde el gobierno que incluya a dirigentes de la oposición para que colaboren en el despegue de la Argentina.
La Alianza en sí es una convocatoria amplia y abierta, mi gobierno es de diálogo y yo instalé el diálogo político, sostuvo De la Rúa, en tanto recordó que en su oportunidad convocó a Cavallo y a otros dirigentes de peso para buscar una salida a la crisis.
Por último, De la Rúa insistió en reclamar el apoyo del radicalismo, al afirmar que este es fundamental para la Alianza, para el gobierno y para mí, fundamentalmente.
En medio de ese contexto, los principales líderes de la UCR lograron apaciguar las críticas que varios dirigentes radicales pensaban formular a la marcha del gobierno, pero no pudieron evitar que la convención nacional se desarrollara con algunas notorias ausencias y en un clima un tanto frío.
La reunión deliberó con un quórum de 180 convencionales, apenas ocho más que el mínimo requerido, sobre un total de 344 titulares.
Entre las primeras espadas partidarias estuvieron presentes el presidente del partido, Alfonsín, y el gobernador de Entre Ríos, Sergio Montiel, en su carácter de titulares de la convención, junto al gobernador del Chaco, Angel Rozas, vicepresidente de la UCR, y Enrique Nosiglia.
En cambio, el senador Leopoldo Moreau -quien encabeza a la UCR en la provincia de Buenos Aires- optó por pegar el faltazo.
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La Ciudad
