Mauricio Maronna
El ámbito en el que Hermes Binner recibe a La Capital sigue siendo el mismo. Escenografía despojada, ausencia de voces altisonantes y música clásica como único sonido dominante. Sin embargo, el intendente está dispuesto a no blindar su discurso con frases de ocasión: descerraja misiles sobre Domingo Cavallo, considera que Carlos Alvarez se equivocó al renunciar a la vicepresidencia, lanza alguna chicana sobre el caso Massat y admite que el gobierno aliancista está en deuda. Lo que permanece cerrado bajo siete llaves es el anuncio sobre su futuro político tras el 2003. En ese punto, Binner hace un zig-zag, duerme la pelota como Riquelme y prefiere hablar de Rosario, su gran obsesión. -Termina un año cargado de conflictos y malhumor social con la clase política. ¿En Rosario la situación es diferente? -A pesar de las dificultades, Rosario es una de las pocas ciudades que están haciendo obras. Yo siempre les digo a los secretarios que no hay que bajar los brazos. Me resisto a hacer caer las obras porque la recaudación bajó un punto, siempre hay resquicios y espacios para explorar. -Reutemann dice que ningún político llega vivo al 2003. -Bueno, la clase política está muy cuestionada. Ocurrieron casos muy graves en el Senado: lo de Massat y Cantarero son ejemplos claros, siguen en sus bancas y eso nos perjudica a todos. A eso se debe referir Reutemann, ¿no? Como dice Discépolo: En este lodo, todos manoseados. Es difícil no salir embarrado. -¿Y usted sale embarrado o está al margen? -La gente tiene una visión general de los políticos. Es muy difícil trabajar en el barro... -¿Cómo evalúa la gestión del gobierno nacional? ¿Esperaba otra cosa? -Sí, esperaba otra cosa del gobierno de la Alianza. Tampoco creía que la situación heredada del menemismo resultaría tan grave. -¿Pero su opinión cuál es? -No comparto que la variable de ajuste sigan siendo los sectores populares. Si hay necesidad de ajuste, eso debe tocarnos a todos por igual. Del pantano menemista no se sale con buenas intenciones, se sale con propuestas y con hechos. -Se habla de darle un blindaje político a la Alianza creando una mesa de conducción política. ¿Está de acuerdo? -Es imprescindible. Tiene que existir un espacio de evaluación de la marcha institucional, un ámbito que también debe erigirse en generador de propuestas. Hay una iniciativa de Storani para conformar una mesa de la Alianza. Se debe hacer ya. -El gobierno parece un núcleo de poder demasiado concentrado en la Capital Federal. De hecho, el presidente no vino nunca a Rosario... -Una de las complejidades que ofrece el país es que está concentrado en los alrededores de Buenos Aires, donde se mueven los grandes intereses. Esto debilita a quienes vivimos en el interior, que sigue siendo postergado. Concentrar las decisiones en la Capital Federal es un error. -¿Chacho Alvarez se equivocó al renunciar? -Creo que retirarse del binomio presidencial fue un error de Chacho. Hay que pensar que ese binomio fue elegido por la gente, tuvo nueve millones de votos. Esa gente no votó ni por la UCR ni por el Frepaso, votó por la Alianza, que tenía y tiene una fuerza superior a cada uno de los partidos. Pero bueno... Nuestro esfuerzo como miembros del Frepaso es integrar ahora a Chacho en algún lugar de participación orgánica. -¿Cuánto hace que no está cara a cara con Chacho? -Bastante tiempo... -Es ilógico que el líder del Frepaso no esté en permanente contacto con el intendente de la segunda ciudad del país, que, además, es del mismo signo político. -Sí, es cierto... De todas formas, estuve con Ibarra en varias oportunidades y propusimos sumarlo a Alvarez para trazar un diagnóstico sobre nuestras ciudades. -¿El ingreso de Cavallo al gobierno serviría para ampliar la base de sustentación de la Alianza o dejaría a la coalición sesgada hacia la derecha? -Es imposible separar a Menem de Cavallo. El ingreso de Cavallo sería un retroceso para el país. Cavallo es una etapa pasada, ya fue... A algunos les pareció que hizo una buena gestión, pero los resultados de su paso por el gobierno menemista saltan a la vista: aumentó la pobreza a niveles inimaginables. La desocupación en la Argentina tiene nombre y apellido: Cavallo fue el ministro de Economía. Pensar en Cavallo es regresar al pantano. -¿Se rompería la Alianza si Cavallo ingresa al gobierno? -Pero Cavallo pertenece a otra alianza.... A la alianza que Menem hizo con Rico, Bussi y Alsogaray. Nosotros prometimos otra alianza... -Hablando de alianzas, ¿cómo funciona la suya con el radicalismo? -Funciona con los que entienden la importancia de la coalición. Algunos hacen otro tipo de alianzas... Cuando usted observa cómo algunos concejales (usandizaguistas) eligen autoridades o van a los Tribunales a denunciar a funcionarios de mi gobierno queda a la vista... Perdieron la brújula, no saben dónde está el norte, y esto en política es grave. Podremos tener diferencias, disentir sobre lo que piensa el otro integrante de la Alianza sobre temas puntuales, pero no se puede hacer una denuncia penal. Están hablando de un delito ante el juez... -¿Cuánto hace que no habla con Usandizaga? -Tuvimos una reunión con integrantes de la línea interna de Usandizaga. Pero hay algunos miembros de ese sector que están profundamente equivocados. -¿Qué quiso decir cuando habló de que apoyaría otra candidatura a senador de Usandizaga? -Toda verdad a medias puede ser una mentira. La pregunta completa era: Si la UCR propone a Usandizaga para integrar la lista de la Alianza, ¿usted que haría?. Y yo dije: Lo apoyaría. Somos respetuosos de los partidos, más allá de que los hombres se equivoquen. Los radicales tendrán su interna y definirán a sus candidatos. Yo apuesto a mantener viva a la Alianza.
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