A 24 horas de romper el silencio autoimpuesto desde su renuncia, el ex vicepresidente Carlos Alvarez mostró ayer la decisión de recuperar espacio político y, aunque volvió a ratificar su apoyo a la Alianza, matizó sus múltiples declaraciones con cuestionamientos a medidas del gobierno.
Con la intención de dejar atrás un año que fue muy negativo para la sociedad argentina, Alvarez no ahorró críticas al impuestazo, el tarifazo o la ausencia de políticas contra la corrupción, en tanto ante un sistema tributario que calificó de vetusto y regresivo propuso un acuerdo entre todos los sectores para impulsar una profunda reforma impositiva.
Según el jefe del Frepaso, la percepción de la sociedad es que seguimos igual que en la última etapa del gobierno de Carlos Menem y destacó la necesidad de revertir este desánimo y este pesimismo social que no es psicológico sino que está fundado en cuestiones reales.
Al explicar su iniciativa tributaria, el ex vicepresidente estimó que el actual sistema conspira abiertamente contra la producción, contra las exportaciones, contra las pymes, contra las economía regionales y contra la gente.
Impuestos congelados
Por esa razón recalcó la conveniencia de acordar una cláusula de estabilidad impositiva durante 10 años, un compromiso de no blanqueos, de no moratorias y de no modificar los impuestos por 10 años.
Al mismo tiempo, admitió que una eventual incorporación al gobierno del ex ministro de Economía Domingo Cavallo crearía una situación muy complicada desde el punto de vista político.
Alvarez pasó revista a varios temas de actualidad. Los siguientes son los puntos fundamentales: \Yo no tengo ningún problema en reunirme con el presidente cuando él lo disponga. Las propuestas a De la Rúa fueron elaboradas con la mejor intención de colaborar, y a partir de estas iniciativas, junto con las diseñadas por el oficialismo, se podrá dejar atrás un año que fue muy negativo para la sociedad argentina.
Este país está lleno de bolsones de corrupción y necesita una política que se ponga a la cabeza.
El combate en ese sentido no ha sido dado por este gobierno y esta ausencia de políticas contra la corrupción produce en la gente una suerte de desazón de que la Argentina sigue heredando la cultura de los últimos diez años, que no ha cambiado nada.
La percepción de la gente es que nada cambió y que la situación ha empeorado. Creo que el gobierno debe reconocer este diagnóstico sin darle vuelta a los problemas de la comunicación, a los problemas superficiales.
Yo renuncié al cargo de vicepresidente, pero siempre me sentí parte de este proyecto y me hago cargo de la parte que me toca.
Tras criticar duramente el tarifazo y la suba de impuestos, propuso que en el plazo de 90 días el gobierno convoque a todos los sectores a fin de encarar una profunda reforma impositiva porque el actual sistema tributario es vetusto y regresivo.
Esto tendría que venir acompañado por una cláusula de estabilidad impositiva durante 10 años, un compromiso de no blanqueos, de no moratorias y de no modificar los impuestos por 10 años.
u Cómo se crece es la pregunta que no se ha contestado con claridad en este año. Lo que ha dominado la agenda económica por cuestiones coyunturales es una visión fiscal, una visión financiera, no una estrategia de crecimiento productivo en el país.
Sorpresivamente, el gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, opinó que la propuesta de Alvarez es interesante. El mandatario provincial consignó que hay puntos de contacto con lo que él viene proponiendo, aludiendo a la idea de eliminar algunos impuestos y ministerios, así como de unificar planes sociales. Me gustaría que dialogáramos sobre esto con el gobierno. Yo tengo mucho interés en esta propuesta, pero me parece muy importante que primero sea una iniciativa de la Alianza. Hasta ahora, la hace un hombre respetable que ha dejado de ser vicepresidente, concluyó Alvarez.
Desde el gobierno, el vocero presidencial, Ricardo Ostuni, insistió en que la propuesta del líder del Frepaso es bienvenida en el gobierno, aunque prefirió guardar silencio sobre las críticas.