Año CXXXIV
 Nº 48.966
Rosario,
miércoles  13 de
diciembre de 2000
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"Boca no puede armar un equipo de pibes"
A contramano de la política del titular xeneize, reconoció que los juveniles necesitan un tiempo de maduración

Griffa piensa y analiza cada palabra como si estuviera por darle el visto bueno a uno de los tantos chicos que sueñan con probar suerte bajo su tutela. Se preocupa por medir cada término que esboza, pero dista de la figura de un conservador. No entiende el juego de la entrevista como un acto que otros emparentarían con el proselitismo. Tampoco parece necesitarlo.
-Le propongo un juego de supuestos: si Macri le dice que ya tiene vendido a Palermo, ¿quién sería su reemplazante?
-En este momento es difícil vislumbrar el reemplazante de un jugador de la jerarquía de Palermo. Si bien hay muchos chicos en condiciones de sumarse al plantel de primera, ninguno puede tomar la posta de Martín por una cuestión de experiencia. No es lo mismo reemplazar a un defensor o a un mediocampista que a un goleador de raza. Seguramente a la primera actuación poco convincente que tenga el chico que lo reemplace será resistido por la gente. Distinto es el caso de otros jugadores, por ejemplo si se va Ibarra está Calvo, si se va Bermúdez está el pibe Burdisso esperando. Cuando se fue Cagna lo reemplazó Marchant y de a poco fue agarrando ritmo, lo mismo pasó cuando se lesionó Serna y jugó Battaglia. Son pibes de 18 años y Boca no puede armar un equipo integrados por jugadores de poca experiencia. La idea es manejar los tiempos y que el chico madure en la parte física, técnica y psíquica.
-¿Por qué en Newell's logró armar un equipo con jugadores de las inferiores?
-No existe punto de comparación porque lo de Newell's fue distinto. Nosotros empezamos en el año 72 pero ya había un trabajo de base muy bueno. Por eso se llegó al campeonato del 74 y del 88. En ese año llegamos a la final de la Libertadores con un equipo integrado por jugadores de las divisiones inferiores, pero fijate el tiempo que transcurrió entre un título y otro. El tema de las inferiores es un trabajo profundo, a largo plazo. En estos últimos tiempos hemos acortado considerablemente los tiempos con instituciones que venían trabajando desde hace mucho tiempo en el perfeccionamiento de los juveniles y cada vez que me preguntan sobre el balance de este tiempo de gestión contesto lo mismo, lo importante es que logramos acortar 25 años de ventaja.
-Por eso cuando vendieron a Arrabarruena (al Villarreal de España) tuvieron que traer a préstamo a Fagiani y no apelaron a un chico de las inferiores.
-Seguro, por lo que te dije antes, la cosa no es tan lineal. Si se va un jugador consagrado como Arruabarrena no podés decirle a un chico entrá y jugá como el Vasco. Todas las opciones que teníamos cuando se produjo la ida de Arruabarrera necesitaban un período de maduración. Si bien Calvo podía jugar sin problemas de lateral izquierdo, Boca necesitaba de gente de experiencia para afrontar todos los compromisos que había en el año.
-¿Existe alguna zona del país que produzca más jugadores que otras?
-Toda la provincia de Santa Fe es una de las más fértiles a la hora de elegir a un chico. La mayoría de los chicos de esa región empezaron a jugar desde muy chicos, y cuando lo vemos nosotros ya tienen incorporada esa forma de trasladar la pelota y gambetear. Igualmente después hay que pulirlo, en el fútbol profesional actual no basta sólo con la técnica, hay que superarse en otros aspectos.
-¿Cuántos jugadores llegan a primera en un año?
-La proporción es que cada 100 lleguen entre cuatro o cinco chicos. Esta regla no es lineal, lo que sí puedo asegurar es que a través de un trabajo coherente las posibilidades de que varios juveniles se sumen al plantel de primera son mayores.


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