Año CXXXIV
 Nº 48.966
Rosario,
miércoles  13 de
diciembre de 2000
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La mujer detrás del personaje

El Concejo Municipal distinguió a Libertad Lamarque como Ciudadana Ilustre de Rosario el 15 de noviembre de 1991. La valoraba en todo sentido. Ante todo, artísticamente, porque fue una rosarina que durante toda su trayectoria difundió la música popular argentina, pero también por sus ideas, aseguró al evocar el acto Héctor Cavallero, quien por entonces estaba al frente de la municipalidad local.
Yo la conocía personalmente y tuve la oportunidad de conocer a su familia desde muy joven -añadió-. Ella estaba imbuída totalmente de las ideas sociales que hicieron caminar la rueda de los trabajadores. Venía de una familia anarquista y ella se consideraba anarcosocialista. Estuvo muy identificada con esa lucha obrera. Con los años ese aspecto de su vida se fue olvidando, pero ella viene de un hogar donde se sostenían ese tipo de ideas.
El actor y director teatral Héctor Barreiros conoció a la Novia de América cuando la actriz llegó a Rosario con el espectáculo Libertad Lamarque es una mujer de suerte, dirigido por Enrique Carreras. Era una mujer encantadora y muy generosa. Nunca fue una gran actriz, pero sí tenía un registro lírico que supo aprovechar el director Luis César Amadori cuando rodaron «Madreselva» con Hugo del Carril, comentó el teatrista.
Ella llenaba salas. El secreto de su éxito quizás haya sido que ella cantaba y actuaba, y eso no era común en aquella época -añadió-. Todas sus películas fueron muy taquilleras. Filmó con grandes directores mexicanos y españoles. Llegaba a todo el mercado hispanoparlante y de alguna manera fue la contrapropuesta de las comedias musicales de Hollywood. No tuvo competencia porque en ese momento eran tres las estrellas que arrasaban: ella, Luis Sandrini y Niní Marshall, pero se destacaban en distintos géneros y no se molestaban.
Gerardo Quillici, conductor del programa radial A todo tango e investigador de la historia del género, señaló: Creo que su trabajo fue valioso por el impulso que le dio al cine argentino y al tango en Latinoamérica. Un mérito suyo fue haber grabado todos los tangos representativos de las distintas épocas de Homero Manzi, Pascual Contursi, Homero Expósito o Cátulo Castillo, además de «Tristeza marina», del rosarino José Dames. Lo hacía con buenos músicos como Mario Maurano y Alfredo Malerba, que fue su esposo muchos años.


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