El intento de fuga de algunos de los detenidos fue descubierto por un ex recluso que había salido en libertad el día anterior al incendio, y que regresó para buscar algunas pertenencias y curarle una herida a otro interno con el que había compartido la celda. Esto es lo que esa persona, cuya identidad este diario decidió mantener en reserva, declaró ante la Sección Judiciales de la policía: Yo estaba con otro detenido en el penal de buena conducta cuando en forma imprevista ingresan corriendo cuatro personas a las que reconocí como detenidos alojados en el penal mayor. Uno de ellos me empujó y me hizo golpear la cara contra la puerta y me produjo lesiones. Me decían: «Decíme dónde está la puerta» mientras ataban al otro detenido con una sábana y lo tiraban sobre la cama. Empecé a gritar al cabo de cuarto y los detenidos me empezaron a pegar. Uno de ellos me pegó un par de puntazos, era Jorge García. Después los cuatro salieron al pasillo y yo seguí llamando al cabo de cuarto. De mi pierna salía mucha sangre y me dolía mucho. El detenido al que había ido a visitar declaró lo mismo, aunque no precisó si los presos que querían escapar eran cuatro o cinco. En cambio, el ex gendarme que también estaba alojado en el penal de buena conducta no hizo ninguna referencia a la presencia de los detenidos en su celda y dio a entender que se enteró del intento de fuga por los gritos del personal policial.
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