Jorge Salum
Los policías que estaban de guardia en la seccional 25ª la tarde que 13 detenidos se quemaron vivos aseguraron que los reclusos prendieron fuego a los colchones porque fueron descubiertos cuando intentaban escapar. La versión de los efectivos contradice abiertamente a la de familiares de algunos de los internos que sobrevivieron a los efectos del fuego y el humo, quienes aseguran que con la quema de colchones los reclusos intentaron poner fin a una feroz represión con balazos de goma. En su primer relato oficial de los hechos, al que La Capital tuvo acceso en forma exclusiva, un oficial y dos agentes endilgaron la responsabilidad por el incendio a los presos. Sólo uno de ellos, el que estaba a cargo de la comisaría ese día, admitió que dispararon sus escopetas 12.70 con proyectiles de goma, pero dijo que fue después del siniestro y para organizar a los detenidos. El incendio en uno de los calabozos de la comisaría de Pueblo Nuevo derivó en la mayor tragedia de la historia en los lugares de detención de la provincia: tres reclusos murieron en ese mismo instante y otros diez perecieron durante los siete días siguientes. Esta es la primera vez que se publica qué dijeron los efectivos que estaban de guardia aquella tarde. La seccional estaba a cargo del oficial subayudante Sergio Blanche y la dotación se completaba con los agentes Rubén Martínez, Raúl Moyano y Ada Meneses. En síntesis, esto es lo que declararon horas después del incendio ante un oficial de la Sección Judiciales de la Unidad Regional II: Agente Martínez. Dijo que él y Blanche descubrieron a un preso intentando escapar al patio por un hueco que habían hecho en la puerta del penal, y que luego del hallazgo escuchó gritar a los detenidos que iban a prenderle fuego a los colchones. Aseguró que enseguida vio cómo los apilaban y los encendían, y que entre los autores del incendio reconoció a los reclusos Jorge García y Daniel Alvarez. Agente Moyano. Declaró que vio al agente Martínez corriendo y gritando que había un intento de fuga, y que inmediatamente se subió a los techos. Dijo que desde allí vio que del penal mayor de la comisaría salía mucho humo, y que cuando se asomó vio grandes llamaradas y sintió un olor muy fuerte que casi lo descompuso. Después, él y otro policía de Inspección Cuarta Zona, al que no supo identificar, se pusieron a arrojar baldes de agua hacia el foco del incendio. Oficial subayudante Blanche. Declaró igual que Martínez y agregó que quiso apagar el fuego con un extinguidor. El fue quien admitió los disparos de goma. Como los detenidos trataban de ganar la salida al pasillo que da al interior de la dependencia tuvo junto a otros empleados que realizar disparos con escopeta 12.70 con cartuchos anti-tumulto a fin de organizar a estas personas, que salieron a un pasillo donde no había fuego ni humo, dijo. La cuarta integrante de la dotación, la agente Ada Meneses, aseguró que siempre estuvo en la cocina de la seccional y no dio detalles sobre lo que ocurrió en el penal. Si bien las declaraciones fueron en general coincidentes, Moyano y Blanche se contradijeron sobre un punto que podría resultar esencial para dilucidar una cuestión clave: si los reclusos prendieron fuego a los colchones porque la fuga fue abortada, o si lo hicieron para poner fin a la hipotética represión que se desató luego del descubrimiento. u Aunque dijo no saber quién los hizo, Moyano contó que escuchó disparos de escopeta apenas escuchó a Martínez gritar que los presos se estaban escapando, es decir cuando todavía no habían prendido fuego a los colchones. u Blanche, en cambio, aseguró que lo hicieron para ordenar a los detenidos cuando ya había tres víctimas fatales y diez heridos, algunos de ellos en agonía. Las declaraciones de los cuatro policías fueron incluídas en un informe entregado por la Sección Judiciales de la Unidad Regional II al ministro de Gobierno, Angel Baltuzzi, quien iba a utilizarlo en la interpelación a la que iban a someterlo los legisladores provinciales. Pero hasta ahora esa interpelación no se ha producido. En el mismo informe se incluyen 108 fotografías, la mayoría de ellas tomadas dentro del penal apenas unas horas después del incendio y otras en la morgue judicial. Allí se aprecia cómo y dónde fueron hallados los cadáveres de los tres reclusos que murieron esa tarde, cuál es el estado en el que quedó la comisaría y detalles escalofriantes sobre las quemaduras padecidas por las víctimas. Se observan, además, 36 impactos de bala de goma en las paredes. También se detalla la nómina completa de reclusos que estaban alojados en la seccional de Pueblo Nuevo, los delitos por los que estaban acusados y los jueces que los tenían bajo su cargo. Se agrega la lista de policías del Cuerpo Guardia Infantería y el Comando Radioeléctrico de Villa Gobernador Gálvez, once en total, que llegaron como refuerzo a la comisaría 25º, y se enumera a los efectivos lesionados: fueron seis, cinco de ellos con principio de asfixia y el otro con una excoriación en la mano izquierda. Finalmente, se incluyen trece testimonios de testigos o protagonistas directos de la tragedia: el del ex recluso que fue a recoger sus pertenencias y descubrió el intento de fuga, el de siete detenidos -entre ellos un ex gendarme-, el de los cuatro policías citados y el de un gendarme que estaba visitando a su ex compañero. Un llamativo detalle distingue a las declaraciones de los reclusos: ninguno de ellos hizo referencia a la supuesta represión desatada por la policía inmediatamente después del descubrimiento del intento de fuga, algo que sus familiares no se cansan de repetir desde el día de la tragedia. Sin embargo, entre los testigos figura el recluso al que este diario entrevistó en su lugar de detención cinco días después del incendio: frente a este cronista, el muchacho afirmó que la quema de los colchones pretendía poner fin a un ataque indiscriminado de los policías con balas de goma.
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