Cuando mañana la Cámara de Diputados trate en revisión el presupuesto 2001 tras las reformas introducidas el jueves pasado por el Senado, el oficialismo se encontrará ante diversos problemas, algunos de ellos virtualmente sin solución y otros que le generarán dificultades políticas no menores. Los senadores de la oposición, al aprobar el proyecto llegado de la Cámara baja con media sanción, introdujeron diversos cambios en su tratamiento en particular, que alteraron tanto los acuerdos logrados en Diputados con participación de miembros de la Cámara alta como los que se pactaron el miércoles por la mañana con el presidente Fernando De la Rúa en la residencia de Olivos. Un punto claramente urticante es el que tiene que ver con la eliminación de la quita del 12 por ciento salarial al personal del Estado, sobre todo porque el bloque justicialista provocó una aprobación por mayoría simple, con lo que le pasó el problema a la Alianza en la Cámara de Diputados, lo que no hubiera ocurrido si hubiera sido sancionado con los dos tercios, ya que habría sido casi inamovible. En este punto el Senado no dio los dos tercios porque en el propio bloque mayoritario había quienes no jugaron a eliminar esa quita que era impulsada por Jorge Yoma (Partido Justicialista-La Rioja). De hecho, según confiaron algunos diputados de la Alianza, para ellos hubiera sido más cómodo que la Cámara alta impusiera ese artículo con los dos tercios, de manera que para el oficialismo el tema quedara saldado, mientras que ahora se verán obligados a realizar un esfuerzo, de resultado incierto, y con efecto político negativo. Otras cuestiones en las que los senadores justicialistas fueron más allá de los acuerdos que ellos mismos habían pactaron antes de su tratamiento en Diputados, tuvieron que ver con aspectos paradigmáticos de la disputa, y que todos los años constituyen un clásico de los debates presupuestarios, como son el Fondo del Tabaco y los subsidios para los combustibles en la región patagónica. También los senadores justicialistas, con apoyo de algunos integrantes de las bancadas provinciales, modificaron la aplicación de una serie de beneficios promocionales para las provincias, siempre apelando a los casi inmodificables dos tercios. Así, cuando mañana la Alianza en Diputados no alcance, salvo situaciones inesperadas, a dar marcha atrás a las modificaciones introducidas el jueves por los senadores, éstos, por primera vez en muchos años, provocarán cambios presupuestarios de significación. Claro que quedará abierta, como siempre, la alternativa del veto del Poder Ejecutivo a estos cambios fuera de libreto.
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