El año que Iaies no podrá olvidar

El 2000 fue algo bárbaro e increíble para mí, señala el pianista de jazz a modo de balance

Adrián Iaies dice que para él es muy importante salir a tocar fuera de Buenos Aires. El artista recorrió el país cuando formaba parte de los grupos de Juan Carlos Baglietto o de Julia Zenko. A Rosario fui a tocar muchas veces como acompañante -dice el pianista- y siempre me pregunté cuándo iría a debutar mostrando su música.
Dicho sin ironía, me resultó más sencillo ir a tocar a Barcelona que a Córdoba, advierte Iaies, y luego añade: Es una situación ridícula pero es así. ¿Por qué tiene que ser tan difícil tocar en el interior del país? Nunca pude ir a tocar a Avellaneda, por decir un lugar que está a 50 minutos de mi casa.
El 2000 seguramente será un año difícil de poder olvidar para el músico: Yo tuve un año 99 muy bueno -dice-, porque fue cuando empezó a irme mejor en los conciertos, grabé el doble «Las tardecitas de Minton's» que tuvo buenas críticas, y creí que el 2000 iba a ser más tranquilo. Pero este año me pasaron más cosas que en los diez años anteriores. En principio, el poder sacar un disco de sólo piano fue importante y que se venda bien fue un acontecimiento. Después, que el doble fuera nominado para un Grammy fue una cosa que me abrió las puertas en el extranjero. Además fui telonero del concierto de Ron Carter y Yellow Jackets, pero lo más importante fue que el público me trató mucho mejor de lo que gente trata generalmente a los teloneros. Por otro lado, el lugar que me dieron en el Festival de los Siete Lagos creo que también fue importante; después toqué en un festival en Nueva York con el trío, y grabé en Barcelona un disco que salió en abril y di varios conciertos. Por otra parte, se confirmó que «Las tardecitas de Minton's» sale finalmente en Estados Unidos.
El 2000 fue un año bárbaro e increíble para mí, dice el músico de 40 años. Para el pianista, las actuaciones en el extranjero le permitieron descubrir que los mismos temas que se aplauden en Argentina son los que más gustaron afuera. Es como que comencé a jugar en primera y uno no deja de sentirse engolosinado, dice Iaies satisfecho con lo hecho en los últimos 350 días.