El PCB es tóxico, persistente y no hay forma de degradarlo, explicó la profesora asociada del Laboratorio de Toxicología Experimental de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR, Ana María de Duffard. La sustancia es en realidad una familia de compuestos denominados bifenilos policlorados que están prohibidos en Estados Unidos desde 1970. Sus residuos persisten en el aire, la tierra, el agua y el sedimento, subrayó. Duffard indicó además que el PCB está muy relacionado con otro compuesto químico llamado dioxina, al que calificó como tremendamente cancerígeno. Señaló que las dioxinas se producen cuando el PCB se calienta por encima de los mil grados. A la hora de enumerar las posibles patologías que pueden generar estas sustancias, la profesional explicó que el PCB es neurotóxico y puede producir disminución de la capacidad intelectual en los niños. El bebé se puede contaminar a través de la placenta o de la leche materna, indicó. Las dioxinas son uno de los compuestos más tóxicos del planeta, son cancerígenos y pueden producir leucemia. El hecho de que los capacitores estén desconectados no cambia las cosas porque el compuesto está presente dentro del instrumento, indicó. No obstante, puntualizó que esos elementos están sellados herméticamente. Mientras continúen así no pasa nada, el problema se genera si hay una pérdida o explotan. En un incendio, el riesgo que se corre es que el elemento reviente y el PCB se derrame, con la consiguiente contaminación del ambiente, analizó.
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