Año CXXXIV
 Nº 48964
Rosario,
domingo  10 de
diciembre de 2000
Min 20°
Máx 35°
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Murió en los brazos de su mujer frente al comercio de España al 4300
Matan a sangre fría al empleado de un telecentro ante su hija de 12 años
Un asaltante le disparó cuando estaba por cerrar mientras la familia esperaba afuera. Horror en los vecinos

Ariel Etcheverry

El encargado de un locutorio de zona sur fue asesinado de un disparo en el tórax delante de su hija de 12 años cuando un asaltante, que intentaba sustraerle la recaudación del día, lo fusiló a corta distancia para luego escapar del lugar en bicicleta. El brutal homicidio sucedió el viernes a las 23 cuando el trabajador se disponía a cerrar y casi en la puerta del local se encontraban también su mujer y sus otras dos hijas que lo esperaban dentro de un auto. Hasta anoche no había sido ubicado el autor del crimen.
Jorge Altamiranda, de 36 años, murió prácticamente en los brazos de su mujer en medio de un cuadro conmovedor en el cual estaban también sus tres hijas de 10, 12 y 15 años, en el interior del telecentro de España 4343, barrio La Guardia. El hombre, que ayer iba a jurar como bombero voluntario, perdió la vida casi en forma instantánea por un proyectil calibre 38 que le atravesó el pecho, según indicaron fuentes policiales.
Cerca de las 23 del viernes, Altamiranda estaba ultimando detalles antes de cerrar el local. Lo hacía en compañía de Romina, su hija de 12 años, quien ese momento jugaba con una computadora. Unos minutos antes habían llegado hasta el negocio su mujer y sus otras dos hijas, Carolina (de 10) y Jessica (de 15) con la intención de pasarlo a buscar y así todos juntos regresar al hogar. Vayan al auto que yo ya cierro, le dijo Jorge a su familia que se acomodó en el coche estacionado sobre España frente a una estación de servicio EG3, en diagonal al telecentro.
En ese instante, y mientras Romina cerraba el programa de computación con el que jugaba e iba hasta el baño a tomar agua, el último cliente que ocupaba una cabina telefónica salió y sorpresivamente desenfundó un arma. Suponemos que el homicida estuvo allí unos minutos y esperó que salieran los últimos clientes para tener el camino libre para el asalto, precisó un vocero de la Brigada de Homicidios de la policía. El asaltante le exigió a Altamiranda todo el dinero mientras le apuntaba con un revólver. Llevate todo, le respondió Jorge. Romina, quien en ese momento salía del baño, lo primero que hizo fue esconderse detrás de un escritorio.
Fue en esa ocasión que se escucharon dos disparos. Una bala impactó en una pared, pero otra dio en el hemitórax izquierdo. Un investigador policial dejó entrever que la víctima pudo intentar ejercer resistencia. El homicida huyó por España en dirección al sur en la bicicleta con la que había llegado. A partir de ese momento todo se transformó en desolación y horror. La esposa y las hijas que estaban en el auto corrieron hacia el locutorio y entraron en una crisis de nervios al comprobar lo que había sucedido. Altamiranda yacía boca arriba, perdía gran cantidad de sangre por el pecho y la boca y tenía las pupilas de los ojos hacia atrás.

Un barrio aturdido
Varios vecinos que hablaron ayer a la mañana con este diario recordaron casi con las mismas palabras lo que sucedió la noche anterior. Se escucharon claramente dos tiros e inmediatamente después los gritos desaforados de las nenas y la mujer. Cuando salimos a la calle, vimos algo espantoso. La esposa trataba de sostenerle la cabeza porque parecía que se ahogaba y las chicas no paraban de gritar. Algunos vieron al ladrón que se iba por España, pero lo que primero que se hizo fue socorrer al muchacho y llamar una ambulancia, contó uno de los vecinos del lugar.
A pesar de los esfuerzos de vecinos y médicos, Jorge murió en el lugar. Toda la cuadra ayer parecía no poder recuperarse de la conmoción. El lugar donde ocurrió todo fue preservado por la policía con cintas perimetrales rojas y blancas. Un cliente del locutorio, visiblemente consternado, resumió lo que observó antenoche: En un segundo viví toda la desesperación de la familia. Un mecánico, que posee su taller casi pegado al telecentro, confiesa: No pude dormir después de lo que pasó. Creo que nadie en la cuadra durmió anoche. Ayer decidió no abrir en señal de duelo. Otro hombre, también vecino de España al 4300, definió a la víctima como una persona servicial y trabajadora.
El asesinato fue el disparador para que muchos renovaran los reclamos por mayor seguridad en ese sector de la zona sur. Los vecinos manifestaron que el viernes mismo fue asaltada la farmacia de España y Juan Canals. Ese atraco se constituyó en el sexto hecho de ese tipo que se registró en la zona comprendida por calle España desde Centeno hasta Mister Ross. El racconto de víctimas incluye una carnicería, robo de pasacasetes a coches, un hurto en una vivienda y el intento de saqueo a un ómnibus estacionado.



Jorge trabajaba en España al 4300.
Ampliar Foto
Notas relacionadas
El balazo en la Facultad de Psicología
Bombero voluntario
Diario La Capital todos los derechos reservados