El ministro de Economía, José Luis Machinea, aseguró ayer que si tuviera que volver a empezar su gestión haría lo mismo, al evaluar el primer año al frente de la cartera. Si tuviera que volver a empezar haría básicamente lo mismo, aseguró, y en ese marco expresó su convencimiento de que la Argentina va a crecer mucho el año que viene.
El ministro explicó que no crecimos lo que creíamos que íbamos a crecer y por lo tanto no mejoramos las situaciones de la gente en la medida en que creíamos que íbamos a mejorar, pero puntualizó que estoy convencido de que creamos las bases para crecer en forma sostenida a partir del año que viene.
El ministro fundamentó esa convicción en que las medidas económicas originaron mejoras en la competitividad y en la competencia en muchos sectores de la economía, y en que mejoramos sostenidamente la solvencia fiscal de mediano plazo.
El titular de la cartera económica había previsto para este año un crecimiento de la economía del 3,5 por ciento y un déficit no mayor de 4.500 millones de pesos. Sin embargo, no se registró crecimiento, en tanto que el desequilibrio en las cuentas públicas alcanzará los 7 mil millones de pesos.
Alvarez no tiene la culpa
Consultado sobre si la renuncia del vicepresidente Carlos Alvarez tuvo una influencia negativa, consideró que no hay que subestimarla pero tampoco hay que echarle toda la culpa, aunque lo que quedó fue la sensación o sospecha de que Argentina tenía problemas de gobernabilidad.
Añadió que el gobierno ha demostrado básicamente tener capacidad política para pasar iniciativas por el Congreso pese a que el oficialismo carece de la mayoría de legisladores necesaria para aprobar sólo con sus propias fuerzas los proyectos del Poder Ejecutivo.
Apuntó en este sentido que el Senado tuvo un acto de responsabilidad al aprobar el proyecto de presupuesto de 2001 la semana pasada, pero consideró que las modificaciones impulsadas por el bloque justicialista y avaladas por algunos del radicalismo son demagógicas.
Entre esas modificaciones el ministro mencionó la intención de eliminar los descuentos aplicados a los salarios de los empleados del Estado, para lo cual hacen falta 600 millones de pesos, sin decir de dónde sacamos la plata. Consideró más grave la eliminación del control sobre los subsidios para la Patagonia en materia de combustibles. La razón para el control era disminuir la evasión, remarcó Machinea, quien consideró insólito que, después de haber superado la discusión sobre el monto del subsidio, los legisladores se hayan opuesto al control del mismo.
Recordó que cuatro senadores del radicalismo que avalaron esta propuesta del justicialismo habían asistido a la reunión con Fernando de la Rúa en la que Machinea fundamentó el proyecto de presupuesto y ni siquiera tuvieron la valentía de decirle al presidente que no estaban de acuerdo, sostuvo.
El ministro aludió en esos términos a los senadores radicales Horacio Massaccesi (Río Negro), Alberto Maglietti (Formosa), Eduardo Gagliardi (Río Negro) y José Sáez (Chubut).
La prioridad otorgada por Machinea a la sanción del presupuesto tiene que ver con la próxima conclusión de las tratativas con el FMI para el blindaje financiero que organismos internacionales otorgarán a la Argentina.