Sidney Paralieu
La finalidad de este libro es rescatar y valorar las salas cinematográficas que existieron en Rosario, como también destacar las que están en funcionamiento.
A través de este trabajo, las generaciones que no conocieron aquellos cines podrán descubrirlos, informarse sobre ellos y comprender aquel significado de ir al cine, lo cual constituía todo un acontecimiento. A su vez, las generaciones que los conocieron tendrán la oportunidad de recordarlos con cierta nostalgia y revivir experiencias pasadas.
Asimismo, hay que expresar que Rosario ha sido un centro cinematográfico de gran importancia en la Argentina. Hay tres antecedentes sobresalientes que fundamentan esto. El primero de ellos es que, después de Buenos Aires, fue la ciudad que tuvo más cines en el país. Por ejemplo, en el transcurso de los años 1949-1958 funcionaban cuarenta y ocho salas cinematográficas, tres cines parroquiales y cinco cines al aire libre. Durante esa época, dichos cinematógrafos vendían aproximadamente 8 millones de entradas anuales, cifra verdaderamente significativa para una población de 500 mil habitantes...
Con respecto al segundo antecedente se puede decir, según investigaciones del cronista cinematográfico Claudio España, que el señor Federico Figner (comerciante de material cinematográfico) habría realizado, entre marzo y abril de 1896, una exhibición de cine en Rosario, en el circo de Frank Brown. La cual sería la primera proyección de cine pública en el país.
Como último antecedente cabe destacar que, en diciembre de 1898, se inauguró en nuestra ciudad el Cinematógrafo Lumière, primera sala argentina que funcionó estrictamente como cine en la calle Rioja 1151. Mientras que en Buenos Aires, el primer salón habilitado a tal efecto se inauguró en el año 1900 con el nombre de Cinematógrafo Nacional, en la calle Maipú 467/79.
(Fragmento de la introducción a Los cines de Rosario. Ayer y hoy)
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La Ciudad
