Año CXXXIV
 Nº 48964
Rosario,
domingo  10 de
diciembre de 2000
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Reportaje
Schwarzenegger: "Yo me prestaría para que me clonen"
El actor aseguró que su papel en el filme Sexto día, que se estrena el jueves, aborda el ancho campo no del todo explorado de la clonación humana

Gabriel Lerman

Los Angeles.- Que su nombre está asociado con el éxito no es ninguna novedad, pero lo que pocos saben es que antes que una gran estrella de cine, Arnold Schwarzenegger es un gran empresario. Desde el momento en que se dio cuenta que emigrando a Estados Unidos se le abrirían puertas que parecían estar cerradas con llave para él en su Austria natal, hasta la organización de un verdadero emporio económico alrededor del fisicoculturismo cuando Hollywood era todavía un sueño demasiado lejano, el hombre que demostró que podía obligar al mundo a memorizar su impronunciable apellido ha demostrado una y otra vez su infalible olfato a la hora de los negocios, más allá de uno que otro tropezón.
Casado con Maria Shriver, periodista de la NBC e integrante de la aristocracia norteamericana, dueño junto a sus supuestos competidores Sylvester Stallone y Bruce Willis de la cadena de comidas rápidas Planet Hollywood, número uno indiscutible del cine de acción y por lo general productor de sus propias películas, Schwarzenegger exhibe una seguridad tan aplastante como sus logros.
Casi un año después de haber estrenado su primera película tras una delicada operación de corazón, El día final, la que pagó con creces los más de cien millones de dólares que requirió de inversión, Arnold está de vuelta con otra película de tono fantástico. Ambientada en las próximas décadas, cuando la clonación se ha convertido en algo tan común como es hoy Internet, El sexto día encuentra a Arnold como un piloto de helicópteros que lleva una vida común junto a su mujer y su hija hasta que un día descubre que su lugar familiar ha sido ocupado por un hombre que luce, habla y se mueve exactamente como él.
-¿Cuáles son los peligros de la clonación?
-Creo que son los mismos peligros que puede tener algo tan bueno como Internet. Si va a parar a las manos equivocadas puede ser desastroso, si va a parar a las manos correctas puede mejorar nuestra sociedad y a la raza humana en general. El problema es cómo mantener el control sobre la clonación o Internet y como usarlo para beneficio de la sociedad y no para la destrucción como ocurre en la película, donde mi clon es un verdadero maniático.
-¿A quién te gustaría clonar?
-Creo que en la película lo que dice Tony Goldwyn es muy cierto, si uno pudiera recuperar a Mozart o a Einstein, sería muy interesante. También creo que tendrían que clonarme a mí. Yo me prestaría inmediatamente para que me clonen.
-¿Te llevarías bien con su clon, o te sentirías amenazado por él?
-Debatimos precisamente esto en cuanto el guión estuvo terminado, sobre cual era la manera correcta en que se desarrollaría una relación entre una persona y su clon. En el guión original había combates interminables entre los dos porque ambos tenían exactamente la misma fortaleza. Era una situación muy divertida, pero llevaba la película en la dirección equivocada, por eso lo terminamos sacando. Hay algo de eso al principio del filme, pero sobre el final ya se han dado cuenta que los dos piensan lo mismo, que tienen que proteger a su familia sin preocuparse por establecer quien es el original y quien el clon. Rápidamente dejan de discutir sobre sus roles y deciden sumar sus fuerzas para proteger a su familia. Como los dos son idénticos, uno puede presentarse sin esconderse y el otro puede aprovechar la conmoción para escabullirse. Esa es la manera en que yo trabajaría con mi clon, nos ayudaríamos entre nosotros.
-¿Cómo fue lo de trabajar con el otro Arnold Schwarzenegger?
-Me gustaría poder respondértelo. Lo único que puedo decirte es que fue muy difícil actuar sólo, pero como si estuvieras junto a otra persona. Todo el tiempo estuve actuando frente a un telón verde. Había una crucecita que indicaba donde tenía que mirar, porque luego allí iban a poner la imagen de mi clon. Antes había grabado el diálogo de mi clon, y mientras hacía la escena conmigo mismo ponían la grabación para que yo pudiera interactuar con mi otro yo. El único problema de trabajar de esta manera es que uno se acostumbra a cierto ritmo y eso le quita flexibilidad a tus reacciones. Te es imposible improvisar, o cambiar el texto porque la grabación responde siempre lo mismo después de que yo hablo en el set.
-¿Cuánta investigación hiciste para este papel?
-Muchísima. Leí todo lo que pude sobre la clonación. Leí muchísimo sobre qué es lo que piensan que va a pasar en el futuro con esta nueva técnica. Nosotros fuimos muy afortunados porque exactamente cuando estábamos por empezar a rodar este filme cada revista importante tenía en la portada una historia sobre clonación. Por eso fue muy fácil investigar, pero además conseguí bastante material de otras fuentes sobre este mismo tema. Pero luego hay toda una parte que tiene que ver con la imaginación. Uno tiene que pensar cómo sería para una persona entrar un día en su casa y verse a sí mismo a través de la ventana del comedor. Qué es lo que te pasaría si una situación así te ocurriera de verdad. Creo que uno se quedaría duro si se viera a sí mismo en el comedor, tocándole el trasero a tu mujer y besando a tu hija.
-¿Es cierto que casi te ahogás en el tanque de agua?
-Sí. Yo pensaba que esta película iba a ser muy sencilla en el aspecto físico, pero casi pierdo la vida. Yo buceo todo el tiempo. Me encanta nadar. O sea que yo sé muy bien cómo bucear y cómo nadar, pero una cosa es ensayar la escena con la máscara y el tanque de oxígeno y otra cosa es hacerla sin ninguna ayuda. Uno tiene que mirar bajo el agua con sus ojos sin ninguna protección, donde todo está muy borroso por que allí están los embriones y las luces están puestas para generar un efecto cinematográfico. Tengo que nadar hasta un embrión y luego otro y luego otro. Todo está saliendo perfectamente bien, estoy siguiendo meticulosamente las indicaciones, pero de pronto me dan una instrucción equivocada y yo nado en dirección contraria a la que tenía que haber nadado. Sobre la mitad del tanque había un piso especial para que allí estuviera la cámara y pudiera ir hacia adelante y hacia atrás. De pronto me quedo sin aire y cuando trato de salir, como estoy en el lado equivocado, me pego la cabeza contra el piso donde está puesta la cámara. Por suerte no entré en pánico y seguí nadando hasta yo donde creía que terminaba ese piso. De pronto sentí como uno de los dobles me empujaba hacia el otro lado. Yo pensaba que me estaba empujando hacia la parte donde estaba el piso, porque yo estaba completamente desorientado. Creo que si ese hombre no hubiera estado allí, yo no estaría hablando contigo ahora.
-¿Nunca te has puesto a pensar que tal vez ya sea hora de que dejés de ser el héroe del cine de acción y empecés a hacer películas que te exijan menos esfuerzo físico?
-No por ahora. Ocurrirá cuando sienta que ya no me da el físico. No sé que es lo que me podría convencer de algo así, pero si tal vez me arruinara una rodilla consideraría tratar de hacer otro tipo de películas. Lo cierto es que en la medida que uno envejece, el cuerpo se va desgastando y comienza a recuperarse mucho más lentamente de todo el esfuerzo físico que exige una película de acción. Creo que todavía estoy lejos de hacer algo así porque aun no siento la necesidad de buscarme una profesión mas sedentaria.
-¿Y qué hay de tu credibilidad como héroe del cine de acción? La gente sabe la edad que tenés y en algún punto puede llegarse a plantearse si realmente sos capaz de hacer lo que tu personaje hace en la película.
-La única manera de hacer eso es haciendo películas. Si en algún momento dejo de ser creíble para la audiencia, ellos se van a ocupar de hacermelo saber. Por ahora, no hay ninguna indicación de algo así, ni siquiera con los tests previos al estreno que hemos hecho con esta película. La audiencia nunca dudó de que yo podía hacer lo que hago en la película, y se quedó encantada con la forma en que mi personaje protege a su hija, por como corre, empuja y nada en el filme. Nadie puso en las encuestas que tenían algún problema viéndome hacer esas escenas. Estoy seguro que va a llegar un día en que ocurra algo así. Clint Eastwood dejó de hacer ese tipo de escenas a los sesenta y cinco años.
-¿Cuál es tu próxima película?
-Se llama Collateral Damage. La estamos filmando en Jalapa, en México. Luego vamos a seguir filmando en Los Angeles y en Washington. Yo hago de un bombero, un hombre común, cuya familia es asesinada frente a él cuando los colombianos ponen una bomba para matar al embajador de su país, que está atravesando una calle con una caravana. Ponen la bomba para matar al embajador, pero al mismo tiempo muere otra gente que está a su alrededor. En terminología militar a la gente que muere por estar cerca del objetivo se la llama daño colateral. Por eso el filme se llama así. En el filme se muestra como la CIA asesina colombianos en su guerra contra la droga y mata a gente inocente al mismo tiempo, y como los colombianos devuelven el golpe haciendo exactamente lo mismo y matando a su vez a otra gente inocente. Mi familia es asesinada y yo me voy a la selva colombiana para encontrar a los que los mataron. El filme tiene un argumento muy interesante, porque en determinado momento del filme mi personaje tiene la oportunidad de vengarse y de matar al asesino de su familia, pero sabe que si lo hace, va a continuar el ciclo de violencia, porque los colombianos irán a Estados Unidos buscando venganza por esta venganza. Mi personaje tiene un arco muy interesante. Cuando comienza el filme es un bombero muy inocente, que se queja porque la CIA no lo escucha, no le dice nada, no lo ayuda a resolver el crimen. Entonces decide ir a Colombia a resolver el tema con sus propias manos, y cuando está allí comienza a entender las complejidades de la política de ese país, con los señores de la droga, la guerrilla, los escuadrones de la muerte, los militares de ultra derecha, la CIA y la gente que no tiene nada que ver con nada de todo eso.



Arnold quiso demostrar que aún está para la acción.
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