El lunes pasado, la granja La Esmeralda de Santa Fe fue escenario de un taller evaluatorio del programa Carnes Santafesinas 2000. Con la presencia de autoridades y productores, el eje de la discusión fue repasar las fortalezas y debilidades de la cadena de la carne en la provincia.
El primero de los debates se orientó a las fortalezas y destacó las estrategias de los productores agropecuarios por mejorar sostenidamente la productividad ganadera de la región. Se pasó revista a una serie de logros en los resultados productivos y económicos de las pequeñas y medianas explotaciones que lo integran y resumió la experiencia como exitosa.
El segundo aspecto presentó las debilidades de una ganadería bovina que lleva casi 3 décadas de estancamiento por un contexto internacional económicamente más favorable para la producción agrícola. Se sumó como elemento de juicio el hecho de que la producción de carne vacuna nacional se destina en más de un 80% a satisfacer el consumo interno y eso a veces no parece ser tenido en cuenta para definir decisiones políticas sobre la actividad.
Los propios productores se sintieron débiles el explicar algunas dificultades ligadas a una mayor eficiencia en el aprovechamiento del potencial productivo de los rodeos, así como de los recursos disponibles y reclamaron la optimización del funcionamiento interno del programa con mayores refuerzos hacia la actividad de los grupos.
Más reuniones para generar capacitación e intercambio entre distintas regiones y apoyo desde afuera a los esfuerzos que se hacen tranqueras hacia adentro.
Los ganaderos acordaron lograr mayor productividad y calidad a cambio de mejoras en los procesos de comercialización y pagos, el control del abigeato y otros altibajos en la disponibilidad de recursos para nuevos proyectos.
Por su parte, las oportunidades a futuro se asociaron con acciones concretas y voluntad de crecimiento en un marco con condiciones cambiantes, donde la capacitación de todos los recursos humanos integrados a los establecimientos pecuarios, podría generar las habilidades necesarias para gestionar eficazmente posibilidades tecnológicas.
Desde adentro
López Calderón coordina el Programa Carnes Santafesinas 2000 y supervisa los trabajos de cada grupo. En sus análisis dice que debemos caminar nuestra acción a consolidar el mercado interno y mejorar la calidad y cantidad de los saldos exportables.
Considera que el productor puede mejorar, con una serie de planteos tecnológicos y de proceso, los resultados físicos sin grandes inversiones.
Un ejemplo inteligente está en los grupos de productores de la zona sur de la provincia. Ahí se está dando una combinación de agricultura y ganadería, donde la hacienda aprovecha los rastrojos de las cosechas agrícolas para mantener los niveles de cría, recría e invernada
Calderón entiende que más allá de la rentabilidad de la explotación ganadera de carne, se está demostrando la persistencia que tiene en el largo plazo. Esto le permite al productor tener una perspectiva a futuro y en función de ello planificar sus decisiones.
Alcanzar la sustentabilidad no sólo ambiental o de conservación de los suelos que se da a través de las rotaciones agrícolas ganaderas, sino también en los ingresos.
A pesar de todo, la ganadería continúa siendo una alternativa que muestra una menor variación de precios y contribuye a una mejor seguridad en los ingresos del productor. En los dos últimos años tuvo un repunte de precios y motivó a muchos a buscar por medio de las innovaciones optimizar la actividad con mayores resultados. La producción mixta ha demostrado hasta ahora que es una de las mejores maneras de minimizar los riesgos y forma parte de los pilares de algunos grupos de carnes santafesinas.
La Ciudad
