Academias eran las de antes podrían asegurar los cultores del todo tiempo pasado fue mejor y no quedarían muy lejos de la realidad. El romanticismo o las añoranzas no provocarían una frase fuera de contexto. O en todo caso, no tanto. Esta noche juegan Central y Racing en Arroyito. Desde las 20.10, para la televisión y con el arbitraje de Juan Pablo Pompei. Si bien la sentencia se asemeja a la realidad del equipo de Avellaneda y parece muy exagerada para los de Bauza, el partido no ofrece en lo previo más que una clara sensación de insignificancia. Es sabido que los auriazules necesitan sumar para mejorar sus, por ahora, escasísimas posibilidades de pelear por un lugar en la Copa Mercosur del año próximo y los albicelestes también están obligados porque el promedio empieza a flaquear, pero poco queda por esperar de un choque casi sin incentivos. Lucubraciones y proyecciones al margen, el equipo de Bauza es claro favorito para quedarse con los puntos en juego. Racing navega por el fondo de la tabla, ganó un solo partido (2-0 a Almagro) y viene a los tumbos tal cual sugiere su situación institucional de la cual es imposible que sus jugadores se despeguen ya que son los principales perjudicados. Para los canallas será una buena posibilidad entonces de sumar y esperar el cierre con Belgrano en Córdoba, otro de los equipos muy comprometidos con el promedio y los aprietos institucionales. La poco clara ausencia de De Bruno le restará A Central cierto diálogo futbolístico que Bauza intentará suplantar con Iván Moreno y Fabianesi. El Gallego viene peleando contra su pobre realidad futbolística y tendrá la chance de establecer un punto de inflexión desde la titularidad que le ofrece su entrenador en un partido que se supone abierto. La endeble contención de Racing en el sector medio sugiere que a partir de allí Central tendrá la posibilidad de imponer diferencias que después deberá rubricar en el arco del ex canalla Gastón Sessa. No hay partidos ganados de antemano pero algunos ofrecen ese prejuicio porque los antecedentes demuelen previamente las chances de uno de los dos. Si bien Central no se lleva muy bien con los resultados previsibles, es el candidato excluyente al triunfo ante un adversario que espera ansiosamente la finalización del Apertura para empezar a orejear un futuro incierto, caótico y tormentoso.
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