Daniel Banchero
Sui Generis, el dúo histórico del rock argentino que formaron Nito Mestre y Charly García, volvió el jueves para dar un maratónico recital de tres horas y media en el estadio de Boca Juniors, con un montaje espectacular y muchos invitados especiales. Ante una audiencia atípica, compuesta por adolescentes pero también por cuarentones, Mestre y García presentaron su nuevo disco Sinfonías para adolescentes, editado 25 años después del inolvidable Adiós Sui Generis.
Pero también -en un recital que siguió hasta pasada la una de la madrugada- dieron a la gente lo que había ido a buscar a la Boca: las viejas sinfonías de la adolescencia de la generación que fue al concierto con sus hijos de la mano.
En un show que empezó con más de una hora de retraso, hubo tiempo para escuchar los temas de todos los discos de Sui Generis, sobre todo esos que a lo largo de los años se convirtieron en himnos para todo joven argentino que participara de una guitarreada. Así, en las tribunas acostumbradas a cantitos futboleros, retumbaron canciones impostergables como Canción para mi muerte, y Bienvenidos al tren. Este Sui Generis resucitado logra que en muchas familias un mismo grupo musical sirva para el deleite tanto de los padres como de los hijos y, por una vez, no haya discusiones sobre qué música escuchar.
Aunque se habían puesto a la venta 35 mil entradas, con precios entre quince y cien pesos, la capacidad del estadio estaba notoriamente lejos del lleno total: los organizadores dijeron que había 27.800 personas.
El show contó con el condimento especial: un escenario secundario emplazado en el medio de la cancha, similar al que usó U2 en el estadio de River, para estar más cerca de los fans. A ese miniestrado los músicos llegaban por una pasarela de unos cincuenta metros, iluminada como la pista de aterrizaje de un aeropuerto.
El recital comenzó con el tema Cuando ya me empiece a quedar solo, con Nito en el miniescenario y Charly en el escenario principal tocando el piano. Entonces ya eran alrededor de las 23.20, a pesar de que el inicio había sido publicitado para las 22. El propio García llegó al estadio alrededor de las 23, mientras hacía largo rato que la gente esperaba. Los primeros momentos del recital se vivieron al ritmo de Usame, Yo soy su papá, Afuera de la ciudad y El pueblo. Los espectadores podían seguir la música a través de un sistema de sonido cuadrafónico, con parlantes en cada rincón del estadio.
Por el escenario pasó un seleccionado de invitados de lujo: Mercedes Sosa acompañó al dúo en Cassandra, mientras que León Gieco subió al escenario para tocar la armónica en Aprendizaje y cantar en El fantasma de Canterville. Después se sumó Fito Páez para hacer Bienvenidos al tren, y Gustavo Cerati estuvo presente en Rasguña las piedras, El día que apagaron la luz y Be my baby. Pedro Aznar, compañero de García en Serú Girán, también participó en un set de temas.
Mientras Mestre cantaba en el miniescenario, y García estaba en el estrado mayor, siguieron los temas Quizás porqué, Cuando te vayas, No es el fin y Confesiones de invierno. También tuvieron el acompañamiento de la orquesta de Gabriel Senanes.
Charly no pudo evitar una de sus habituales escenas cuando se percató de que gran parte de la gente prefería escuchar las canciones, antes que acompañarlas activamente. El bigote bicolor desafió: Si van a reaccionar así, me voy, y desapareció detrás del escenario, hasta que el olé, olé, olé, Charly, Charly del público logró traerlo de vuelta.
Sin embargo, al menos al comenzar el show, se notó que los 25 años pesaron en la memoria o al menos en las ganas de hacerse oír del público, ya que la mayoría prefería disfrutar de la música en silencio. En un final a toda orquesta, los invitados se unieron a Mestre y García para cantar todos juntos El fantasma de Canterville.
Ahora el dúo se prepara para una gira que lo llevará por Montevideo (el próximo martes), Córdoba (el sábado 16) y Santiago de Chile (el miércoles 20). También hay presentaciones previstas en Perú, México, Colombia, Venezuela, Miami, Paraguay y Nueva York.
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La Ciudad
