Niza, Francia. - La policía francesa lanzó ayer gases lacrimógenos para dispersar a centenares de manifestantes que trataron de rebasar las barricadas levantadas en torno al centro de convenciones donde los líderes europeos iniciaron una conferencia cimera de tres días, dirigida a preparar al bloque de 15 países para la inclusión de una docena de nuevos miembros. Nubes de humo llenaron el aire en las afueras de l a sede de la cumbre, donde policías antimotines mantenían a raya a los manifestantes con gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento. Varios líderes de los países candidatos a integrar la Unión Europea salieron de sus autos tosiendo y enjuagándose los ojos por los efectos de los gases, mientras se dirigían a la reunión.
Los manifestantes, unos 4.000 según la policía, recorrieron las calles cercanas a la sede haciendo estragos, prendieron fuego a un banco, lanzaron piedras y pintaron muros con consignas revolucionarias. Queremos bloquear la cumbre, dijo un manifestante enmascarado. Europa no es una mercancía.
Funcionarios del balneario en la riviera francesa dijeron que unos 20 policías resultaron levemente heridos y siete manifestantes fueron detenidos. Una decena de personas también resultaron lesionadas en el fronterizo pueblo italiano de Ventimiglia, donde aproximadamente 1.000 activistas se enfrentaron con la policía cuando trataron de marchar ante el consulado francés, después que les fuera negada la entrada a ese país.
Centenares de anarquistas españoles, sindicalistas, separatistas vascos y corsos se enfrentaron con la policía cuando intentaban rebasar las barricadas que rodean la Acrópolis, el centro de convenciones municipal. Los manifestantes llegaron a unos 100 metros de la entrada principal, a la que llegaron los dirigentes europeos uno por uno junto con los de las 13 naciones de la Europa oriental que aspiran a ingresar en la UE. Pero la policía logró repeler a la turba.
Las calles aledañas al centro municipal quedaron transformadas en un campo de batalla. Los anarquistas y separatistas, empuñando sus banderas, apedrearon a la fuerza pública, que respondió con gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento. La turba atacó un automóvil particular que abatió a varios manifestantes. Armados con barras de hierro y palos, los atacantes destrozaron las ventanillas y obligaron al conductor a escapar marcha atrás. El conductor aceleró el vehículo y abatió a los atacantes como si fueran piezas de dominó.
Posteriormente, la turba incendió un banco situado a dos cuadras del centro de convenciones y algunos enmascarados atacaron un camión de bomberos que acudió a sofocar las llamas. Los manifestantes atacaron entonces una agencia de bienes raíces. Destrozaron las vidrieras y obligaron a sus ocupantes a refugiarse en un patio interior. Me siento desanimado y disgustado, dijo el propietario de la agencia, Luc Mercier, mientras contemplaba los destrozos y el mobiliario saqueado.
Críticas de Chirac
El presidente francés Jacques Chirac, quien preside la cumbre, condenó los actos de violencia por parte de grupos de revolucionarios, anarquistas y activistas políticos y la calificó de un mal servicio a la democracia. Esos actos son radicalmente contrarios a las tradiciones democráticas de todos los países europeos, dijo Chirac. Van contra los principios que vamos a proclamar con vigor adoptando la Carta de los Derechos Fundamentales, agregó en conferencia de prensa. El documento de 53 artículos, respaldado ayer por la cumbre, es una reafirmación de las libertad políticas, económicas y religiosas básicas.