Al filo de la medianoche, y luego de trabajosas negociaciones, el Ejecutivo municipal logró poner fin al paro total de transporte urbano e interurbano decretado intempestivamente 12 horas antes por la Unión Tranviarios Automotor (UTA). La crisis estalló a las 11 de ayer, con la implementación de una medida de fuerza que se hizo sentir con fuerza en toda la ciudad y dejó a miles de usuarios varados en las paradas de ómnibus. Sin embargo, y luego de largas horas de intensas negociaciones, marchas y contramarchas, el intendente Hermes Binner logró que los choferes depusieran su actitud y rubricaran un acta en la que los empresarios del transporte se comprometieron a mantener las 600 unidades que actualmente prestan el servicio en el nuevos sistema en red. El acuerdo incluyó que se garantice cada uno de los 1.800 puestos de trabajo que hoy genera el transporte público.
Todo comenzó por la mañana. La bomba estalló en la sede de UTA, cuando en una asamblea en la que participaron todos los delegados de línea se acordó por unanimidad lanzar un paro por tiempo indeterminado a partir de las 12.
La medida de fuerza fue anunciada con carácter de indeclinable, según afirmó el propio titular de la UTA, Manuel Cornejo, quien anunció que el único punto de negociación era sostener las 600 unidades que circulan hoy por Rosario, ante la posibilidad de que se redujeran a 500 al momento de implementar el nuevo sistema.
No estamos en condiciones de perder un empleo más porque ya se han caído 700 (50 en los últimos meses) con todo el desbarajuste que se viene haciendo, enfatizó el líder de la UTA.
El fantasma de la crisis empresaria
La crisis económica que atraviesan las empresas se fue volviendo un fantasma para los choferes y había cobrado fuerza anteayer. Horas antes de decretarse la medida de fuerza general, se había suspendido a 20 conductores de Las Delicias. La firma está quebrada, dijo uno de sus propietarios, Rubén Rodríguez. Y después amplió: El resto de las compañías están en la misma situación.
En rigor, la circunstancia motorizó la decisión de la UTA y la huelga arrastró al servicio interurbano del transporte. Estas líneas (y sus trabajadores) también se ven afectadas con el sistema nuevo que quiere el intendente Binner porque al no poder levantar pasajeros en el ejido urbano de Rosario se van a reducir unidades, lanzó Cornejo. Incluso, fue más desafiante: Acá no hay conciliación obligatoria. Vamos a luchar por lo que creemos es justo para nosotros. Estamos dispuestos a todo, expresó, antes de lamentarse por perjudicar a los ciudadanos de Rosario.
La medida dejó atónitos a los funcionarios de la Secretaría de Servicios Públicos. El secretario de transporte, Alejandro Boggiano, había intimado por la mañana a la empresa Las Delicias a que garantizara la prestación del servicio. En forma preventiva, el Ejecutivo también había dispuesto la circulación de una línea precaria que atravesó barrio Las Flores cubriendo parcialmente el bache dejado por el paro de las líneas de Las Delicias.
El secretario del área, Joaquín Blanco, había intentado infructuosamente comunicarse con Cornejo por la mañana, hasta que se enteró por los medios de que la UTA había paralizado al transporte de la ciudad y su región.
En el Palacio Municipal se formó hacia el mediodía una suerte de comité de crisis. Binner, su secretario de Gobierno, Antonio Bonfatti, junto a Blanco y su subsecretario, José León Garibay, analizaron las alternativas de negociación frente a la conflicto que les estallaba en sus narices, mientras miles de usuarios eran sorprendidos por el paro, que los dejó a pie y los obligó a buscar formas de traslado alternativas (ver página 6).
A las 14, comenzaron los primeros contactos entre el gremio, los empresarios y el Ejecutivo. Queremos garantías para los compañeros de que el nuevo sistema no los dejará en la calle, indicó Cornejo segundos antes de sentarse a dialogar con Binner. La comitiva gremial se completó con Eduardo Gutiérrez y Daniel Molinario, dirigentes del sindicato de colectiveros.
Un rato después llegaron hasta el Palacio de Los Leones el presidente de la Cámara de Empresarios del Transporte Urbano de Pasajeros (Cetup), Nelso Manenti, y los empresarios Rubén Rodríguez y Raúl Beltrame, entre otros.
Pero hacia las 17.45, las negociaciones habían vuelto a fojas cero. Cornejo se retiró pegando un portazo, mientras prometía el sostenimiento de la medida ante la falta de resultados y la sola promesa de que la situación laboral se estaba contemplando.
Los miembros del Ejecutivo tuvieron caras largas la mayor parte del día, aunque las gestiones fueron incesantes. Hacia las 21.15 hubo una luz: Cornejo regresó a la mesa de negociación. Dos horas y media más tarde se logró la firma de un acta acuerdo que logró levantar el paro.