Boca de ninguna manera se detiene y va por más gloria, ya que le ganó a San Lorenzo por 1 a 0 y quedó al borde de otro título, el del torneo Apertura, que tal vez se asegure el miércoles próximo cuando visite a Independiente (ver aparte).
Apelando a su oficio, con un pincelazo del exquisito armador Juan Román Riquelme y otro gol del temible Palermo, Boca resolvió un partido muy complicado y consiguió tres puntos que lo arriman a otro título doméstico, apenas a media semana de haber obtenido la Copa Intercontinental ante el Real Madrid en la distante Tokio.
Boca será campeón del Apertura si doblega a Independiente y River resulta incapaz de terminar de imponerse ante Newell's, al que le ganaba 1-0 cuando el temporal obligó a suspender el cotejo en el Monumental a los 31' del primer tiempo.
En el gol decisivo, a Palermo le quedó incómoda la pelota, pero igual se arregló para definir ese pase profundo de Riquelme, a pesar del achique que intentó Sebastián Saja, a los 39 minutos del segundo período.
Otra acción clave del clásico se dio a los 15 minutos de la segunda etapa, ya que el delantero de San Lorenzo Raúl Estévez se hizo expulsar por aplicarle un golpe a Daniel Fagiani.
Estévez le pegó un codazo a Fagiani sin pelota y lo vio el árbitro asistente Darío García, quien le avisó al juez principal Claudio Martín.
El encuentro se jugó en la Bombonera con una prolongación de los festejos que se pusieron en marcha el martes último en Japón. A pesar del clima a la japonesa, el primer tiempo fue muy mal jugado, tanto que sobraron roces, conversaciones, algunos golpes y se careció de fútbol.
En Boca intentó poner un poco de orden el tan cotizado Riquelme, pero no encontró compañeros.
En San Lorenzo arrancó bien el enganche Leandro Romagnoli, pero se fue enredando en un duelo personal con el batallador Mauricio Serna, por lo que perdió importancia. El del capitán de San Lorenzo, Horacio Ameli, con Guillermo Barros Schelotto fue otro de los duelos de la tarde en la Bombonera.
En ese primer tiempo Boca estuvo muy acelerado, sin control de pelota.
El equipo de Oscar Ruggeri trató de presionar a su adversario, pero fue muy impreciso.
Ese primer período fue tan pobre que apenas hubo tres jugadas dignas de mención.
A los 7 minutos, en un córner corto de Riquelme para Guillermo Barros Schelotto, el delantero arrancó en diagonal hacia el área, remató bajo y el balón se desvió en Guillermo Rivarola, pero atajó Saja junto a su poste derecho.
No pasó nada más hasta el minuto 43, cuando Bernardo Romeo, quien se mueve bien de espalda al área, la jugó para Jorge Quinteros y el ex delantero de Argentinos Juniors tiró rasante, pero controló el colombiano Oscar Córdoba, de nuevo de destacada tarea, junto a su poste izquierdo.
A los 44, el Polo Quinteros buscó a Guillermo Franco por la izquierda, el correntino apareció sin marcas y disparó cruzado, pero Córdoba salvó con un pie.
El segundo tiempo fue más vibrante que el primero, pero siguió sin que se lo juegue bien.
Boca tuvo más agresividad desde el ingreso del delantero Marcelo Delgado y apareció más Riquelme, que en definitiva es el hombre que marca la diferencia.
San Lorenzo quedó muy limitado en la cancha con la expulsión de Estévez y Boca puso tres puntas, con la inclusión de Palermo.
El problema de Boca fue que, salvo Riquelme, los demás centralizaban el juego.
San Lorenzo estuvo muy cerca de convertir con el remate cruzado de Romagnoli que desvió Córdoba y la pelota pegó en el parante derecho.
Pero fue Palermo quien aprovechó una de las jugadas de Riquelme y marcó la mínima diferencia que hubo en el partido.
Esa mínima diferencia de esta vez dejó a Boca muy cerca de aumentar su tan famosa colección de estrellas.
| |
La Ciudad
