Con dedicatorias al herido River, más de 40 mil hinchas de Boca festejaron ayer en la Bombonera hasta el éxtasis la conquista de la Copa Intercontinental. El momento culminante de la celebración se vivió cuando los héroes de Japón (los que vencieron 2-1 al Real Madrid, acompañados del resto del plantel xeneize) dieron lentamente la vuelta olímpica llevando las copas Libertadores e Intercontinental. Los colombianos Bermúdez y Córdoba fueron los que aparecieron por la boca del túnel empuñando los preciados trofeos, luego pasados de mano en mano con los demás jugadores. Las ya tradicionales porristas habían recibido a los campeones mundiales, como se denomina popularmente a aquellos que futbolísticamente se imponen en el duelo entre América del Sur y Europa. A la vuelta gloriosa la escoltaron decenas de chicos -algunos hijos de los futbolistas-. Miles de almas xeneizes ya alentaban a los jugadores de la reserva y luego quedaron disfónicos al entonar los hits de Rodrigo. Más allá de haber sido en vida fanático de Belgrano, el espíritu del bailantero cordobés pareció danzar entre ellos con el tema inspirado en Maradona.
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