Desde que asumió la conducción técnica del plantel leproso, todas fueron pruebas exigentes para Jorge Ribolzi, porque agarró un fierro caliente tras la salida de Rebottaro. Pero sin dudas el partido de ayer ante Central era el máximo desafío para el Ruso, a quien le había tocado sufrir en carne propia, desde su función de ayudante de campo, aquella tarde fatídica para los leprosos del 23 de noviembre del 98 en Arroyito, en que los rojinegros bajo la conducción de Mario Zanabria perdieron 4 a 0. Y él, aunque mucho no se haya hablado en la semana sobre esto, lo tenía muy presente. A la hora de hacer un balance, el Ruso argumentó que sin dudas que el que mereció ganar fue Newell's. Sólo nos faltó el gol, pero tuvimos varias situaciones claras, aunque nos faltó esa dosis de suerte necesaria para ganar. Mucho se habló del hecho de que el que ganaba salvaba el año, sin embargo para el Ruso con este empate no se salva el año. Sí es una alegría para nosotros y para la gente porque logramos extender la paternidad con Central en esta cancha. Pero el torneo es largo y nosotros tenemos objetivos que van más allá de este partido. El Ruso también elogió la predisposición del equipo para responder en todo sentido, estuvo muy metido en el partido, muy concentrado, fue solidario y por momentos tuvo buen fútbol, como en esos primeros minutos del primer tiempo. El DT leproso también se lamentó por la jugada del final, en la que Bernardi pudo marcar la diferencia. Es una lástima, porque en esa jugada del final se nos escapó lo que pudo ser el triunfo, pero igual estoy muy conforme con el trabajo que realizaron. Consultado sobre si lo había sorprendido la presencia de Ezequiel González, habida cuenta de que Bauza anunció que no iba a estar entre los titulares, reconció: No te puedo decir que lo sabía, pero me lo imaginaba, porque después de entrenar dos días a puertas cerradas, era lógico que no diera el equipo antes. Pero para los jugadores no fue un problema porque respondieron muy bien.
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