Año CXXXIV
 Nº 48.951
Rosario,
lunes  27 de
noviembre de 2000
Min 18º
Máx 31º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






El canciller alemán busca esclarecer un crimen racista

Berlín/Dresde. - El jefe de gobierno alemán, Gerhard Schroeder, recibirá hoy en Berlín a la madre del niño de seis años presuntamente asesinado por un grupo neonazi. El caso del pequeño Joseph Abdulla, que aparentemente fue torturado y ahogado por un grupo de xenófobos en una piscina pública en una localidad del Este, ha causado conmoción en Alemania.
En Sebnitz, pueblo de 10.000 habitantes en el cual ocurrió el hecho, fue celebrado ayer un oficio religioso ecuménico en memoria del niño, que contó con la presencia del primer ministro del estado de Sajonia, Kurt Biedenkopf, quien prometió a los padres un rápido esclarecimiento. Tres jóvenes de entre 20 y 25 años siguen detenidos por su posible participación en la horrorosa muerte del niño, pero hasta ahora no se ha podido probar su conexión con grupos de extrema derecha, informó la fiscalía de Dresde.

Odio racial
Sin embargo, el dominical BildamSonntag publicó fragmentos de declaraciones juradas de testigos que afirman que el hecho tenía motivos racistas. Un testigo de 16 años sostuvo que dos de los detenidos habían dicho al niño Tú, extranjero de mierda, ven para aquí que si no te matamos. Otro periódico citaba a una prima de uno de los detenidos que aseguraban que el sospechoso no pertenecía a ninguna organización neonazi, pero que cada vez que abría la boca le salía una frase racista.
El presunto asesinato ha cobrado tal magnitud que la fiscalía general alemana estudia la posibilidad de asumir las pesquisas. El 13 de junio de 1997, el niño Joseph Abdulla, de madre alemana y padre iraquí, fue apartado por un grupo de jóvenes de aspecto neonazi en la piscina pública a la que había acudido con su hermana y un amigo.
Según relatos de testigos recopilados por la madre del niño, varios de ellos lo golpearon, le aplicaron descargas eléctricas y le llenaron la boca con un psicofármaco de efecto sedante utilizado en el ambiente neonazi. Después lo arrojaron a la piscina donde lo ahogaron y saltaron sobre su cuerpo sin vida sin que interviniera ninguna de las cerca de 250 personas que se encontraban en el lugar.


Diario La Capital todos los derechos reservados