Los argumentos que motivaron que el ciudadano chileno Enrique Arancibia Clavel fuera condenado a reclusión perpetua, por considerárselo un agente de la policía secreta de su país que en 1974 participó en el crimen del general trasandino Carlos Prats y su esposa, serán expuestos hoy por el tribunal que la semana pasada lo declaró culpable y le aplicó la pena.
El lunes pasado la Justicia argentina condenó a reclusión perpetua al supuesto agente de la temible Dina por su participación en el asesinato del general Prats y su esposa, Sofía Cuthbert, perpetrado mediante un atentado con bomba en 1974.
Partícipe necesario en el crimen
Los magistrados hallaron al imputado culpable de los delitos de asociación ilícita agravada y partícipe necesario en doble homicidio calificado. Con esa resolución, los jueces cumplieron con la pena solicitada por el Estado chileno, las hijas del matrimonio Prats y la fiscalía argentina, lo cual implica que -de no ser revocada la disposición por un tribunal superior- Enrique Arancibia Clavel estará en prisión al menos hasta el 2012, cuando podría pedir su libertad condicional gracias al beneficio del dos por uno.
En su resolución, el tribunal también ordenó que ahora la Justicia investigue si Arancibia Clavel participó de una sesión de torturas a Laura Helgueta, una ciudadana chilena que vivía en Buenos Aires en 1976 y que contó detalles de esa noche de terror durante el proceso oral y público.
Si bien la defensa del acusado había negado que su cliente haya sido un agente en el momento del ataque, el tribunal consideró que Arancibia integró entre 1974 y 1978 las filas de la Dina, a la que consideró una asociación ilícita armada por agentes de seguridad destinada a cometer ilícitos contra la democracia para oprimir a ciudadanos chilenos opositores al régimen.
La Ciudad
