Año CXXXIV
 Nº 48.951
Rosario,
lunes  27 de
noviembre de 2000
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Arroyo mortal. Se estima que las pérdidas rondan los 20 millones
Inundados cañadenses cortaron calles en reclamo de soluciones de fondo
Más de 200 damnificados expresaron sus dudas en torno a la ayuda económica que aportará el Estado

Walter Gasparetti

Cañada de Gómez. - Alrededor de doscientos damnificados por la trágica inundación provocada por el desborde del arroyo Cañada de Gómez el pasado miércoles se rebelaron contra la asistencia social y el dinero prometido sin entregar y decidieron cortar calles que comunican las zonas afectadas con el resto de la ciudad. Restos de cómodas, roperos, sillas, colchones y otros elementos sirvieron en el mediodía de ayer para ahuyentar a los que hacen turismo en la zona afectada y para demostrar que tienen hambre a la hora de comer, dijeron los manifestantes.
La primera calle tomada fue Ovidio Lagos y bulevar López y siguieron con Bolivia. Palos, ollas y otros elementos sirvieron para hacer ruido. Luego cantaron y preguntaron por el dinero prometido, un total de tres millones de pesos anunciados por el presidente Fernando de la Rúa y el gobernador Carlos Reutemann. Los únicos vehículos que podían pasar eran los que tenían como propósito la entrega de agua y víveres para los damnificados.
La inundación no sólo cobró tres vidas sino que además derribó casas, muebles y destruyó artefactos electrodomésticos. También hizo trizas las esperanzas de miles de vecinos porque la obra de canalización del arroyo vino con promesas de ponerle fin a la inundación. Se llevó también la poca dignidad de los vecinos que ya sufrían la falta de trabajo y la caída de la actividad productiva caracterizada por las industrias del mueble.
Descalzos, con poca ropa, salieron a la calle y pusieron condiciones para asegurar la paz social. El pedido pasa por recuperar el 80 por ciento de lo perdido y no pagar más impuestos. Asimismo, solicitaron soluciones de fondo en forma inmediata para poder recuperar lo perdido.
La protesta siguió con pedidos puntuales al intendente Amílcar Abate, a quien convocaron para dialogar. Si tiene la plata yo no quisiera estar en la piel del intendente. Pero si no la tiene vamos a ir todos a cortar la ruta para que llegue de inmediato, dijo el carnicero Omar Beltramo, uno de los voceros del grupo.
Para los damnificados que protestaban los colchones y los bolsones alimentarios entregados no alcanzan para paliar las secuelas del desastre climático. En este sentido, pidieron la rápida entrega del dinero que prometieron el gobernador y el presidente.
No tengo ni siquiera zapatillas y ando con ojotas prestadas, dijo Daniel Barcheña, de 36 años, un vecinos que vive en la calle Sargento Cabral, una zona donde años anteriores jamás había llegado una inundación. Por su parte, Omar Eidallin, de 44, pidió a las autoridades explicaciones sobre las obras de canalización recientemente finalizadas.
Paulatinamente la temperatura fue subiendo. Los vecinos de calle Bolivia imitaron a los de Ovidio lagos y también interrumpieron el ingreso a la zona sur. Nos queremos solidarizar con los otros vecinos, explicaron a los medios de prensa que se hicieron presentes. En ese sector dejaban pasa a camiones cargados con agua y víveres.

"No confiamos en el comité de crisis"
Gerónimo Saire, de 70 años, dijo a La Capital que el dinero lo necesitan en forma urgente para reponer lo que se perdió. No confío en el comité de crisis. Nosotros queremos estar ahí para controlar, dijo el vecino que acaba de perder dos vehículos y parte de su casa ubicada en Roldán al 1100.
Una hora después de iniciado el piquete llegó al lugar el presidente del Concejo Municipal, Juan Carlos Abbondanzieri, para calmar los ánimos. En ese marco, el jefe de la policía de la provincia, Arturo Ignacio Cruz, cumplió un rol mediador hasta que Abate llegó para hablar con los inundados.
En ese diálogo los vecinos propusieron participar de una fiscalización del dinero anunciado por las autoridades. No queremos que los políticos manejen la plata. Queremos poner un escribano, un abogado y un contador para que controlen cada uno de los fondos que se destinan a las familias afectadas, dijo.
A las 16 se volvieron a reunir en una estación de servicio de la zona sur. Tras las deliberaciones decidieron concurrir hoy a las 10 al municipio para dialogar con Abate sobre la administración de los fondos que llegarán del gobierno. En esa instancia evaluarán un eventual corte de la ruta 9 para llamar la atención de las autoridades nacionales.
Ayer continuó el lento retorno de los inundados. Las calles afectadas se llenan de restos de muebles, colchones y artefactos que jamás se podrán utilizar. Es un regreso traumático al que ayudan otros cañadenses en una gran tarea de solidaridad.



Los damnificados realizaron piquetes.
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Seguiremos pidiendo el dinero que falta
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