Año CXXXIV
 Nº 48.951
Rosario,
lunes  27 de
noviembre de 2000
Min 18º
Máx 31º
 
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Vitale y Baglietto actuaron en Rosario
El Monumento fue anoche escenario de culto a la música y a la solidaridad

El Monumento a la Bandera se vio ayer desbordado por una multitud que se congregó a escuchar el recital de Lito Vitale y Juan Carlos Baglietto, con el que se cerró el encuentro internacional de alfabetizadores.
Además del culto a la música popular, el encuentro sirvió para recolectar útiles escolares y alimentos no perecederos. Los primeros tendrán por destino los barrios carenciados donde se desarrolla el programa de alfabetización Nunca es Tarde. Los segundos son para los afectados por las inundaciones que azotan al noroeste bonaerense y el sur santafesino. Utiles y comida eran canjeados por una entrada, condición necesaria para ingresar tanto por las escalinatas laterales como por las del propileo. Ganamos más que si hubiésemos cobrado, aseguró una de las voluntarias al pie de una caja donde caían paquetes de fideo, arroz y conservas.
El festival fue también una forma de promover el programa Nunca es Tarde, que impulsa la Federación Universitaria Argentina y desarrolla un amplio trabajo en 14 barrios de la ciudad (Las Flores, Villa Banana, Molino Blanco y 7 de Septiembre, entre otros). Este es un programa que se nutre del voluntariado, por eso son importantes estos eventos, porque sirven para atraer gente, expresó otro militante social que participa en el plan. Para esto, y al son de En busca de un sueño (Silvio Rodríguez), entre número y número se pasó un video sobre la iniciativa alfabetizadora.
Pero la música fue sin dudas el factor convocante. Después de dos números de salsa y uno brasileño, la voz de Baglietto irrumpió con Los Mareados al son del teclado doble de Vitale. El repertorio resultó amplio y heterogéneo: de Dios y el diablo en el taller a Zamba de Lozano (entre las primeras); de Pasional y Cambalache a Ese amigo del alma; de El Choclo a Historia de mate cocido.
Escenografía mínima, buena iluminación y mejor sonido, pero sobre todo una atmósfera de manso entusiasmo primó en el lugar, abarrotado de un público cien por ciento joven.


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