Año CXXXIV
 Nº 48.951
Rosario,
lunes  27 de
noviembre de 2000
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El Sur perdió el norte
Central Córdoba cayó ante Arsenal en el Gabino

Domingo Celsi

Habría que buscar en el rincón más remoto de la memoria para recordar una actuación tan pobre como la que cumplieron los charrúas ayer frente a Arsenal, en el Gabino. Aún, aquellos que hace muchos años siguen al equipo de Tablada, no podían encontrar una imagen similar a la que dejó este conjunto ante los de Sarandí y que además, con la derrota, terminó de complicar un panorama oscuro de cara a la permanencia en la categoría.
Si la caída frente a Tigre había planteado algunos interrogantes, la derrota ante los de Bianco los profundizaron. Es cierto que ayer llegó hasta el Gabino Sosa el puntero de la Metropolitana -un equipo ordenado, claro y pensante-, pero frente a esos argumentos los locales jamás tuvieron respuesta, incluso cuesta creer la cantidad de errores infantiles que se dieron el lujo de cometer los de Tablada.
En un pleito que de antemano pintaba complicado, los de Giovagnoli se dieron el lujo de otorgarle plena libertad a Héctor Aguilar. El Negro aprovechó el regalo y se hizo el dueño de la mitad de la cancha. Todas las jugadas de los del Chaucha Bianco pasaron por los pies del volante, que era el encargado de manejar los hilos de un equipo que sabe perfectamente cuáles son sus cualidades y las explota al máximo, especialmente cuando el rival se lo permite.

Desorientados
Enfrente, Central Córdoba, estuvo permanentemente desorientado. Jamás le encontró la vuelta al partido y ni siquiera intentó buscar alguna fórmula para frenar la capacidad creativa de Aguilar. Con este panorama, sólo quedaba esperar que Arsenal se decidiera a ponerse en ventaja y cuando al primer tiempo le quedaba muy poco alcanzó el objetivo. Rodrigo Mannara sacó provecho de uno de los tantos errores de Celebroni para sacar un centro que encontró la cabeza de Mariano Campodónico y el placar 1-0 para la visita.
En el complemento, Córdoba intentó un cambio de actitud, pero apenas fue un espejismo que no duró más de diez minutos, porque aparecieron en escena los errores del comienzo y como los del Viaducto tienen muy en claro cómo moverse en el terreno de juego, el resultado fue el único que se podía esperar. Otro error defensivo obligó a Cancelarich a cometer un penal. El arquero llegó a rechazar el remate de Palavecino. pero apareció Carnero para tomar el rebote, 2-0 y partido liquidado.
Barajar y dar de nuevo parece ser la única salida para escapar lo más rápido posible de este mal momento. Dalcio Giovagnoli es consciente de que su equipo necesita encontrar rápidamente las respuestas adecuadas que le permitan superar este mal trance y reencontrase con los triunfos necesarios para comenzar a escaparse de la parte baja de la tabla. El estado ánimo de los jugadores no es el mejor y por eso se hace necesario una larga charla para encontrar entre todos una salida a la crisis.


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