Año CXXXIV
 Nº 48.951
Rosario,
lunes  27 de
noviembre de 2000
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La XVI Fiesta Nacional de Teatro entró en la zona de cuenta regresiva
Festival de teatro: La fuerza expresiva de lo social
Desde San Juan, La Boca, Neuquén y Tucumán llegaron propuestas comprometidas con la comunidad

Rodolfo Bella

Salta (enviado especial).- El elenco de San Juan ofreció uno de los espectáculos mejor resueltos de la XVI Fiesta Nacional del Teatro. El murmullo, que hoy tendrá dos nuevas funciones, con dirección de Juan Carlos Carta y actuación de Viviana Moya y Ariel Sampaolesi, recrea el clima de temor y falta de compromiso de la sociedad sanjuanina. Carta recurrió a una estética expresionista, tal como lo había hecho en Metamorfosis, que presentó en la fiesta nacional de Rosario, y en Inferno, el año pasado en Córdoba, para hablar del murmuración como el lugar donde se ocultan los aspectos más ásperos de la comunidad. Por otra parte, hoy se presentará el elenco de Tierra del Fuego, con El increíble beso de la mujer araña. La directora, Lidia Navarro, señaló que con esta puesta transmitir una noción de responsabilidad colectiva sobre todo tipo de discriminaciones. También se presentarán los elencos de Chubut, con El cuento del Zoo, una adaptación de Historia del Zoo, de Edward Albee, mientras los riojanos reiterarán su pieza, Ruta 38, que se ofreció en la primera jornada.
Carlos Carta aseguró que el expresionismo es un estilo que reitera en sus espectáculos porque le interesa indagar a fondo en las posibilidades de esa forma de puesta en escena. No creo que por el momento sea un riesgo seguir eligiendo esa estética. Creo que tiene posibilidades que todavía no exploramos e inclusive estamos investigando en la inclusión de la música como una forma de potenciar la acción.
La pieza refiere la desaparición de una mujer en plena democracia y todas las redes de complicidad que la sociedad tejió a su alrededor desentendiéndose del caso. Carta dirige además Las puertas del cielo, sobre un cuento de Julio Cortázar, que se presentó el primer día de la fiesta. Ambos serán presentados el año próximo en un ciclo organizado por el Teatro Nacional Cervantes, de la Capital Federal.

De La Boca a Salta
Hoy finalizará el taller del espectáculo de cierre, que dirigió Adhemar Bianchi. Bianchi dirige desde hace 17 años el grupo de teatro Catalinas Sur, del barrio de La Boca, de la Capital Federal. Además de hacer teatro en salas, provincias y países limítrofes, el grupo inauguró su propio centro cultural donde desarrolla actividades culturales y talleres en distintas áreas. Catalinas Sur ofreció sus espectáculos en Uruguay y Chile y miembros del grupo dictaron talleres en Estados Unidos, Brasil, Cuba, Chile y diversos lugares del interior del país.
Según Bianchi, el eje de su trabajo es el trabajo de la comunidad para la comunidad. Yo trabajo con aquellos vecinos que quieren utilizar el trabajo de una forma de comunicación y fiesta popular diciendo lo que quieren decir -aseguró-. Trabajar de esta forma implica un esfuerzo de coordinación porque el grupo, según el espectáculo, puede estar formado por más de 120 personas, como «El fulgor argentino», o el que menos participantes tiene está formado por veinte personas que hacen teatro circo.
El espectáculo preparado para el acto de cierre contará con la participación de elencos que participaron de la fiesta, alumnos de la Escuela de Bellas Artes, de Salta, y como tendrá carácter de fiesta popular, participarán también la comparsa Los Incas y Los Caporales, una agrupación de danzas folclóricas bolivianas.
Bianchi se formó en el teatro tradicional y llegó a Buenos Aires después del golpe militar en ese país, pero después de una experiencia en teatro profesional, aceptó una propuesta de los vecinos para trabajar en un proyecto en La Boca.
El teatro cumple una función social porque es un lenguaje de comunicación -agregó el teatrero-. En el caso nuestro es un grupo de vecinos de todas las generaciones, de distintos extractos sociales, económicos y culturales que buscan en el teatro una forma de comunicarse, de mantener los lazos solidarios. Nosotros nacemos en los últimos años de la dictadura y nuestro trabajo fue una forma de resistir la ruptura de la red solidaria de la gente, algo que la dictadura se dedicó a hacer con énfasis, ocupando la plaza, demostrando que el público puede no ser solamente un consumidor de hechos artísticos, sino también un productor.
Además del teatro callejero, que según Bianchi paga tributo a las viejas formas del teatro popular, como la zarzuela, la opereta, el candombe, la revista o la murga, tiene la particularidad de trabajar en cuestiones de prevención de problemáticas sociales.

Contraste entre el norte y el sur
Los elencos de Neuquén y Tucumán marcaron el contraste que caracterizó a esta fiesta que tuvo altibajos contundentes. Neuquén, con ¿Podés silbar?, ofreció uno de los mejores espectáculos de teatro de títeres con la adaptación de un cuento sueco sobre un chico que busca un abuelo y lo encuentro en un geriátrico. Narrada con humor e ingenio, la puesta dirigida por Jorge Onofri, cuenta con un dispositivo escénico funcional y un uso del espacio escénico intensivo de un escenario a la italiana ágil con solamente cuatro muñecos y dos manipuladores en escena.
Tucumán presentó Nuestra señora de las nubes, una puesta con dos actores que no aprovecharon un texto con fuertes imágenes que hablan de la memoria. Con una estética que quedó a mitad de camino entre el expresionismo y el naturalismo, el director no logró representar el clima onírico que propone Arístides Vargas, autor del texto.
El elenco Locas Margaritas, de Neuquén, presentó La furia del silencio, que los rosarinos pudieron ver en el Encuentro de Nuevas Tendencias que se realizó en el CEC, y La Pampa subió a escena con Formas de hablar de las madres de los mineros mientras esperan que sus hijos salgan a la superficie, un texto de Daniel Veronese, resuelto con una estética de comic, que tiene implícita una siniestra metáfora sobre la vida como una mercancía.



"El murmullo", dirigido por Juan Carlos Carta.
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