Luis Castro
Un año y un mes de lucha. De sufrimiento y de trabajar, a veces, con bronca. El hecho de estar marginado lo mantenía intranquilo y los deseos de volver a ser de primera aumentaban día a día. Hasta que la oportunidad se presentó después de un año y un mes. Y Sebastián Cobelli respondió con un gol soñado. Un gol que impidió que la gente del Parque dejara el estadio con el sabor amargo de la derrota. Creo que fue un premio por todo lo que me había sacrificado, dice el delantero -había convertido el gol que le dio el triunfo ante San Lorenzo, cuando Rebottaro era el conductor- mientras desanda el camino que separa el vestuario con la cancha número seis de Bella Vista, donde se desarrolló la práctica vespertina. Hice tal vez el gol menos buscado. Las chances más claras que tuve me las sacó el arquero y cuando se terminaba el partido puse el pie y la pelota entró, se sincera el rubio pelilargo luciendo una vincha al estilo He Man. Y agrega: A pesar de que haya anotado el gol del empate no me considero titular. Jugué un solo partido y acá la delantera ha ido variando, por eso hay que seguir luchando por un lugar. -¿Sentías la necesidad de responderle a la gente con un gol? -A mí me gusta convertir, pero cuando eso no sale tengo que ayudar a mis compañeros. -Más allá de que el cuerpo técnico les inculca que deben pensar sólo en Colón, el clásico que se viene debe pasar por tu cabeza y seguramente soñás con jugarlo. -Sí, porque me perdí los dos anteriores y esta vez quiero estar. Quedamos muy lejos de los punteros y este es el partido del año. Por eso debo seguir como hasta ahora, sacrificándome para poder estar. -La gente cambió mucho con vos, porque tiempo atrás eras resistido y hasta te insultaban, y ahora piden que juegues. -Es cierto. Creo que en un gran porcentaje estoy jugando gracias a los hinchas y al técnico, que a pesar de todos los problemas se la jugó y me puso. Además, tuve un cambio tanto en lo deportivo como con la gente, porque se dio cuenta que respondía y trabajaba en función de equipo. Al hincha no le importa que haga declaraciones, sino que entre a la cancha y responda. -¿Te llama la atención el cambio radical que tuvieron los hinchas? -Sabía desde un primer momento que la gente estaba errada y que había tomado un concepto equivocado de mí. A pesar de ser resistido traté de hacer lo posible para que estuviera de mi lado. En este momento me siento feliz por el apoyo que me brinda. -En el gol del agónico empate llamó la atención el festejo, porque te saludaste con pocos compañeros. -Salí corriendo para buscarlo a Pancho (Vanadía), porque cuando no jugaba él me alentaba mucho, por eso se lo dediqué. Pero cuando vi que la pelota entraba me quería abrazar con toda la hinchada. -A Víctor Pintos (secretario técnico de Newell's) lo dejaste pagando en el festejo del gol, porque se quedó con el saludo del oso. -(Risas) Sí, se enojó el viejo. En ese momento te invade la alegría y no sabés qué hacer. No lo vi a él, pero ya está todo arreglado.
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