David, el personaje bíblico inspirador de la famosa escultura de Miguel Angel, no fue pastor ni derrotó con su honda al gigante filisteo Goliat, según el libro de un experto en historia anunciado ayer por la editorial de la Universidad de Oxford. El libro, titulado King David: an unauthorized biograph (El rey David: una biografía no autorizada), es obra del profesor y especialista en la Biblia Steven L. McKenzie, del Roodhes College (Tenesse, Estados Unidos).
La editorial Oxford University Press afirma en su portal de Internet que el profesor acepta la existencia histórica de David como segundo rey hebreo nacido y muerto aproximadamente entre los años 1010 y 970 aC., pero desmiente algunos de los hechos que han cimentado su leyenda.
Según McKenzie, David nunca fue responsable de un rebaño de ovejas, como tampoco fue el culpable del asesinato de Goliat tras dejarlo atontado por golpearlo con una piedra en la cabeza que le disparó con una especie de gomera. Esa imagen tan cándida del personaje bíblico ha de dejar paso, sostiene el escritor, al hombre que realmente vivió: un tirano que accedió al trono de Israel mediante una campaña de terror, violencia y crimen.
Déspota de Medio Oriente
Básicamente, David asesinó a todo el mundo, excepto a Goliat, señala McKenzie, porque se comportó exactamente como lo hubiera hecho un déspota de Medio Oriente. En opinión del profesor, la versión bíblica que tanto alaba la integridad de David sólo responde a una manipulación para ocultar a las futuras generaciones el lado más oscuro de soberano que provocó la unificación de Judea e Israel.
La literatura bíblica -apunta el académico historiador- fue originariamente escrita para tapar o esconder lo que el rey David realmente hizo por motivos políticos.
Para McKenzie, los autores de la Biblia moldearon la figura de David y omitieron sus grandes horrores hasta convertirlo en un modelo de penitencia. El experto describe la versión bíblica como una disculpa que ha funcionado con el transcurrir de los años y ha legitimado sus actos.
Según publicó ayer el periódico Independent on Sunday, la teoría de McKenzie ha recibido el apoyo de varios académicos británicos, entre ellos el historiador Michael Whitby, de la Warwick University, quien considera que David no fue un santo como gobernante, pese a ser el antecesor de Cristo, que es una de las razones de su imagen popular y positiva.