Pablo Procopio
Viernes 11.35. Agustín conducía por bulevar Oroño casi Zeballos. Cuando frenó, en la esquina, otro vehículo lo embistió de atrás. El accidente le provocó consecuencias serias: heridas de consideración en el cuerpo y daños en el coche. El responsable del impacto, se supo después, un ciudadano insolvente que ni siquiera contaba con seguro contra terceros, confesó no poder resarcirle aunque sea los gastos de hospital. Esto es historia repetida en Rosario. El Sideat, en calle San Lorenzo y Moreno viejo edificio de Jefatura, es el Sistema Integrado de Denuncias de Accidentes de Tránsito. Un relevamiento que abarcó el período marzo-agosto de este año (seis meses) arrojó que el 47 por ciento de los rodados que participaron de 27 mil accidentes denunciados no tenía el seguro al día, no registraba el pago de la última cuota, es decir, no tiene cobertura. La jefa de Estadísticas del organismo, Stella Maris Rolante, apuntó: En general, la gente declara que su vehículo está en regla pero que se atrasó unos meses en el seguro y debe cuotas: eso es lo mismo que no haberlo contratado nunca, la cobertura no le corre. Rolante dijo que esos conductores muestran una tarjeta plástica o un recibo anterior, nadie quiere que en la declaración figure el automóvil sin seguro, pero esa es, en definitiva, la verdad. Adira (Aseguradores del Interior de la República Argentina) agrupa a varias compañías de renombre. Sus directivos denunciaron que en Rosario el 50 por ciento del parque automotor no cuenta con la póliza correspondiente. Los automotores patentados en Rosario son 311.661 de acuerdo a la Dirección Nacional del Registro de la Propiedad Automotor, pero los asegurados rondan 160.000, la mitad, según afirma Adira. Esto quiere decir que 150 mil están en falta. El índice local corre de la mano con lo que ocurre en el resto del país: el Ministerio de Economía de la Nación calcula que sobre un parque automotor de 5,3 millones de vehículos, hay apenas 3,8 millones de autos asegurados y que el restante 1,5 millón (el 30 por ciento del parque total) circula por las rutas sin ningún tipo de cobertura. Sin embargo, la Asociación de Aseguradores Cooperativos y Mutuales (AACMS) calcula que la cifra es todavía mayor, que 5 de cada 10 vehículos están sin asegurar, es decir que casi 3 millones de unidades estarían en falta. Son porcentajes altísimos, preocupantes, en el país no hay conciencia aseguradora, declaró a este diario el gerente de Adira, Fernando Boriotti. Para el directivo, la gran responsabilidad es de los organismos públicos que no instruyen controles: ¿Alguna vez a usted alguien lo paró y le pidió la póliza, preguntó Boriotti al periodista, intuyendo de antemano que la respuesta sería negativa. Y después: ¿A quién le gusta pagar algo que nunca nadie le exige?. Boriotti afirmó que es común observar la sorpresa de los denunciantes cuando se les solicita la póliza. ¿Por qué me la piden ahora si en la calle nadie lo hace?, dijo que manifiestan a menudo. El seguro más común es el llamado contra terceros o de responsabilidad civil. A éste se le puede agregar cobertura por robo e incendio, total y parcial y daños totales. En tanto, el conocido seguro contra todo riesgo prácticamente ha desaparecido, agrego Boriotti, y más en Rosario donde sólo el cinco por ciento de los automotores tiene este tipo de póliza. Los especialistas sostienen que gran parte de las personas cuyos vehículos carecen de seguro no tiene capacidad de pago tras el accidente. La ley nacional de tránsito establece la obligatoriedad de contratar el seguro contra terceros a todos los titulares de automóviles. El artículo 68 reza: Todo automotor, acoplado o semiacoplado, debe estar cubierto por un seguro que cubra eventuales daños a terceros. Santa Fe se adhirió a la ley pero otras (Córdoba y Mendoza, por ejemplo) no lo hicieron. Los choques protagonizados por conductores sin seguro son cosa de todos los días, repitieron a La Capital las operadoras del Sideat, organismo oficial de integración tripartita: Municipalidad, provincia y compañías de seguro. El problema es que nadie solicita a los automovilistas algo más que el carné de conductor, aseguraron quienes llenan los formularios de denuncias y toman el pulso de lo que sucede diariamente. En general, dicen, los agentes municipales de tránsito reclaman la documentación del vehículo (carné y tarjeta verde) ante cualquier infracción, actitud sospechosa o un simple relevamiento. Pero fíjese qué pasaría si miraran el pago del seguro aunque sea a los conductores que están en doble fila, por ejemplo. Las infracciones detectadas serían muchísimas, subrayó una de las empleadas. Las compañías aseguradoras explican que en la Argentina se paga por una póliza menos de la mitad en comparación con países de Europa o Estados Unidos. La relación es de 700 a 1.800 pesos anuales. Y que si se se cumpliera con la ley de tránsito y los autos tuvieran sus correspondientes pólizas, los precios del seguro obtendrían una ostensible reducción, al haber mayor demanda.
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