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 martes, 29 de mayo de 2007  
Objeciones a dos fallos de un juez en presuntos episodios de gatillo fácil
Familiares de un chico asesinado por un policía en 2004 presentarán un informe ante la Corte

Familiares y abogados de un joven de 20 años víctima de un caso de gatillo fácil presentarán ante la Corte Suprema de la provincia un informe que critica al juez de Sentencia Carlos Carbone. Según aseguraron, “en dos causas distintas interpretó las pruebas en favor de los imputados para dictarles penas más leves que las propuestas por los respectivos jueces de Instrucción”.

   Juan Carlos Rueda murió de un tiro disparado por el sargento Aldo Rey, quien el año pasado fue condenado a 34 meses de prisión por homicidio cometido “en exceso de legítima defensa”. Esa fue la conclusión de Carbone tras examinar la investigación del juez de Instrucción Jorge Juárez, que había procesado al policía por homicidio agravado, que prevé penas mayores.



Dos versiones. El hecho ocurrió en abril de 2004 en el barrio Las Delicias y tuvo dos versiones. Los amigos que estaban con Rueda contaron que volvían de un pool cuando se cruzaron con el hijo de Rey, Martín. Según relataron, le preguntaron la hora y recibieron una respuesta despectiva que originó una discusión que terminó cuando Martín —también policía— llamó a su padre y éste salió a los tiros. Los jóvenes corrieron y una bala alcanzó a Rueda, que murió más tarde en el Heca.

   Por su parte, los Rey dijeron que el trío quiso asaltar a Martín y que le tiraron dos balazos, a los que el sargento respondió con dos disparos. Juárez no encontró pruebas que respaldaran esa versión; dictó falta de mérito a los amigos de Rueda y procesó al policía por un crimen no justificado.



Comparaciones. Mientras la Cámara de Apelaciones examina la sentencia de Carbone, la familia de Rueda —patrocinada por el abogado Santiago Bereciartúa— presentará ante la Corte un informe que analiza el proceder del juez en este y otro caso, comparando las valoraciones que hizo de las pruebas con las realizadas por sus pares de Instrucción.

   Por ejemplo, Juárez desestimó que Rueda y sus amigos hayan estado armados: la pistola que según la policía usó Rueda se halló a una hora del hecho y no tenía huellas dactilares. “No se entiende cómo el juez Carbone, con el mismo dermotest, llegó a otra conclusión”, apunta el escrito.

   Otro punto es que Juárez no consideró que el tiro que mató a Rueda haya sido fortuito. Y en cuanto a la justificicación de legítima defensa, se remarca que la Fiscalía había desestimado ese causal porque cuando Rey salió a buscar a los agresores de su hijo, “éste ya estaba a salvo en su casa y el peligro había sido conjurado”, cita el abogado.



Otro caso. El escrito fue reforzado con un análisis similar de otra sentencia de Carbone en un caso de gatillo fácil: el crimen de Walter García, en agosto de 2003, en Villa Gobernador Gálvez. En este caso, el procesamiento por homicidio simple dictado por la jueza de Instrucción Alejandra Rodenas mutó a homicidio con exceso en la legítima defensa.

   García, de 25 años, fue asesinado de 5 tiros por un policía que estaba en un auto con su novia. El sargento Rogelio Cufré, franco de servicio pero armado y uniformado, alegó que el joven le rompió la ventanilla para asaltarlo y él, presa de un ataque de nervios, desenfundó su arma y ésta se le disparó.

   Rodenas lo procesó en función de las contradicciones y ambigüedades del policía y su pareja, que no arrojaban precisiones en cuanto a una agresión inicial de la víctima. “Para la jueza —indica el escrito— fue inverosímil que alguien dispare cinco veces a una persona por accidente. Como en el otro caso, Rodenas no creyó que el joven estuviera armado, en virtud del extemporáneo hallazgo del revólver que supuestamente portaba. Pero Carbone dio por tierra con la investigación de la instrucción y condenó a Cufré a 3 años de prisión”.

   “Carbone desestima los elementos que no favorecen al policía y resta valor a otros que lo incriminan. Así su interpretación de hechos y pruebas fue favorable al policía. Y aunque no se determinó si hubo una agresión de la víctima, el juez asume que sí existió y concede una justificante al homicidio”, señala el escrito.
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Una marcha por la muerte de Juan Rueda.

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