Año CXXXVII Nº 49387
La Ciudad
Política
El Mundo
Información Gral
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores
Mundo digital


suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 11/02
Mujer 11/02
Señales 11/02
Educación 10/02
Autos 28/12
Estilo 16/12

contacto

servicios
Institucional



 domingo, 18 de febrero de 2007  
Construir con límites, pero racionalmente

Límites con racionalidad y sin atentar contra el principal motor económico de la ciudad: la construcción. Esta es la consigna que el presidente del Colegio de Arquitectos de la provincia, Edgardo Bagnasco y su par de Rosario, Aureliano Saruá, salieron a sostener ante el proyecto de fijar un tope a las alturas por parte de la Municipalidad. "Nos dolería que salga algo en contra de los intereses de la profesión y a las fuentes de trabajo que demanda hoy la edificación", se pronunció Saruá. "Estamos de acuerdo en preservar las obras con valor patrimonial, pero hay sectores donde no debe haber impedimentos", aportó Bagnasco.

Las opiniones no se hicieron esperar frente a las intenciones de la Municipalidad de limitar las construcciones de altura en el centro. La iniciativa fue adelantada a La Capital por el propio intendente Miguel Lifschitz, ya casi de regreso de su gira por Estados Unidos.

Si bien se certificarán construcciones en altura, "no será una medida indiscriminada" como sucede en la actualidad. Al mismo tiempo, se trabajará en la preservación de las casas que tienen valor patrimonial, como se ha hecho con el catálogo municipal.

En el borrador del Ejecutivo existen algunos trazos fundamentales. No todos los sectores tendrán el mismo reglamento de edificación. Ya que estarán previstas en la iniciativa distintas condiciones para cada uno de los sectores, aunque las mayores exigencias serán para el radio central comprendido entre Oroño, Pellegrini y el río.

"Hay sectores en constante crecimiento y se debería tener en cuenta lo que está dando la construcción en una ciudad sin muchas chimeneas. Son fuentes de trabajo que producen un efecto cascada en otras industrias", indicó Saruá para agregar: "Lo importante es no parar este momento, reglamentar lo que sea necesario, pero no podemos de un día para el otro aplicar nuevas normas porque hay muchos colegas comprometidos con inversores y planos ya confeccionados".

A su turno Bagnasco indicó que cualquier desarrollo urbano debe ser "armónico, sostenido y racional". "Por ejemplo con avenida Pellegrini hay que terminar con las alturas homogéneamente. En Pichincha habría que mantener las alturas bajas en la mitad de cuadra, pero permitir en las esquinas densificar los lotes. Y en Oroño, Pellegrini y el río habría que terminar el proceso de sustitución de viejos edificios por los nuevos proyectos".

Para ambos profesionales la política de preservación es correcta, "para las obras con valor patrimonial".
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Notas Relacionadas
La Municipalidad quiere limitar las construcciones de altura en el centro




  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados