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 domingo, 22 de octubre de 2006  
Canciones humeantes

No son pocos los reflejos del cigarrillo en la música popular del último siglo, aunque cabe pensar si, a partir de las prohibiciones, la aparición de estas canciones en un repertorio no será vista como una deplorable apología, lo que no sería de extrañar, dado el celo ya visto en el cine o el teatro.

Entre varios tangos al respecto, es previsible la cita a "Fumando espero" (Félix Garzo, 1922), donde una voz de mujer declaraba:

Fumar es un placer/ genial, sensual/ Fumando espero/ al hombre a quien yo quiero/ tras los cristales/ de alegres ventanales./ Mientras fumo/ mi vida no consumo/ porque flotando el humo/ me suelo adormecer..."

Enrique Cadícamo, con versos más elaborados, escribió en su tango "Humo":

"Ronda gris.../ Fantasma de humo que me obseden al fumar/ mientras voy haciendo anillos/ con humo azul de cigarrillo/ Espiral/ que se retuerce en mi angustiosa soledad/ y envuelve la noche negra de mi mal".

O José María Contursi en "Tabaco" (1944):

"Y mientras fumo forma el humo tu figura/ y en el aroma del tabaco tu fragancia/ me conversa de distancias...".

El cigarrillo, descripto como una compañía de bajo costo para gambetear la soledad, también aparece en el folklore. En "Humo"(1967) José Larralde escribe:

"El humo de mi cigarro se va trepando al silencio/ mientras se arriman al fuego sombras de ajuera y de adentro/ el humo de mi cigarro se va trepando al silencio/ tiene mi poncho entuavía el aroma de su pelo/ y una hebras de esa noche/ enredada entre los flecos".

El cantautor bonaerense incluso dedicó un poema al sentir de quien debe dejar de fumar ("Un poco de humo nomás", 1995).

En su ya clásico "No hago otra cosa que pensar en ti" (1980), Joan Manuel Serrat se permite asumir -con cierta ironía- las consecuencias del fumar:

"Enciendo un cigarrillo, y otro más.../ Un día de estos he de plantearme/ muy seriamente dejar de fumar,/ con esa tos que me entra al levantarme...".

Las letras de rock casi no consideran al tabaco entre sus tópicos, tal vez enfocadas fumatas de otra intensidad. Sin embargo, un tema del grupo Virus de 1981 proponía un juego fonético algo superficial, intercalando entre los versos algunas marcas de cigarrillos de la época:

"Soy moderno, no fumo/ Ven son tan particulares/ los cigarrillos,/ el mal brota de ellos/ como un volcán./ P'al mal que hacen/ son imparciales,/ ojos colorados, los dientes/ dorados de alquitrán./ Soy moderno,/ no fumo más./ No fuma, no fuma, no fuma más./ Yo que iba al club de la muerte/en un golpe de suerte,/ jugué al cuarenta y tres/ y sólo erré seis./ Che Ester filtrá el humo/ que en todo está./ Desconfío del camelo/ de la publicidad".
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