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 martes, 27 de junio de 2006  
Dura pena. Aplican la máxima sanción a un delincuente sexual, detenido gracias al esposo de una mujer agredida
Condenan a 37 años de prisión para un violador múltiple
Actuaba con ferocidad y una de sus víctimas fue una nena de 5 años. No fue a oír el fallo. Quedará libre a los 84 años

Buenos Aires.- Un ex convicto fue condenado a la pena de 37 años y medio de prisión por haber violado a siete personas en seis meses, entre ellas una niña de 5 años y dos compañeros de celda. La sentencia recayó en Juan Antonio Vergara, de 47 años, alias "Satanás", quien cometió los ultrajes entre fines de 2002 y comienzos de 2003 en la zona de San Antonio de Padua, en el oeste del conurbano bonaerense.

El fallo del tribunal de Morón coincidió con el pedido del fiscal del juicio, quien había solicitado 37 años y seis meses de prisión para el acusado por seis abusos sexuales agravados y uno simple. La defensa oficial del imputado había pedido que, en caso de ser condenado, se le aplicara una pena no mayor de 25 años.

La sentencia fue recibida con tranquilidad por las víctimas y por los integrantes de la Asociación de Víctimas de Violaciones (Avivi), que felicitaron a los jueces, al fiscal y a la policía. "Es un fallo ejemplar porque (el imputado) volverá a la sociedad cuando tenga 84 años y oremos que muera en la cárcel", sostuvo el abogado Lisandro Jofré, quien patrocinó a una mujer que fue violada por el acusado en 2002.

Vergara fue encontrado culpable de violar a cinco mujeres -una de ellas una nena de 5 años- y dos internos con los que compartió una celda en la comisaría 2ª de Morón entre 2002 y 2003. La larga lista de abusos se inició en la mañana del 24 de agosto de 2002 cuando el hombre que solía circular en una bicicleta, entró en una panadería de Padua, donde pidió una pastafrola. Como no había se fue. Dos horas después volvió armado, amenazó a la panadera, a quien abusó sexualmente, tras lo cual huyó robando 10 pesos y media docena de facturas.


El desenfreno
El 29 de septiembre del mismo año, a las 5, el acusado irrumpió en una casa de Merlo donde sorprendió a su propietaria, quien se hallaba con dos hijas de 5 y un año. El condenado golpeó y violó a la mujer e hizo lo mismo con la mayor de las hijas, luego de lo cual huyó con 50 pesos.

La secuencia violenta de Vergara -casado y con una hija- se prolongó el 21 de noviembre cuando entró a robar a una casa de Padua, a la que ya había ingresado el 31 de octubre, donde se encontraban una mujer y su suegra. Vergara encerró a la mujer mayor en el baño, tras lo cual obligó a su nuera a practicarle sexo oral mientras la golpeaba brutalmente en el rostro, al punto que debieron realizarle una cirugía reconstructiva.

La mujer le contó lo ocurrido a su esposo, Héctor Ibarra, quien inició una cruzada para encontrar al acusado. Al día siguiente de la violación el hombre recibió un llamado que le informó donde localizarlo. Así realizó la denuncia en la comisaría local y fue ubicado en Villa Espada, un asentamiento de la zona donde vivía en una casa prefabricada.

Pero el 30 de noviembre Vergara entró en otra vivienda donde abusó sexualmente de una mujer, madre de dos hijos, a la que además le robó un grabador y una cadenita. Finalmente, fue detenido el 6 de diciembre de 2002 y trasladado a la comisaría segunda de Morón, donde entre enero y febrero de 2003 violó a dos hombres con quienes compartió la celda.

"Fue una bendición de Dios la persona que me llamó por teléfono y me dijo quién fue. El no apareció nunca en la causa pero me notificó quién había sido, se logró identificarlo y meterlo preso", dijo Ibarra tras conocer el fallo. Su esposa Lina, una de las denunciantes, remarcó que "con la ayuda de todos ahora intentaremos rehacer nuestras vidas" y dijo ansiar que "esta noche por fin pueda dormir".

Un metro ochenta de estatura, tatuado, a Vergara lo definen poseedor de una "gran ferocidad", al punto que habría arrojado agua hirviendo en la cara a un preso al que luego sometió, según se denunció en el juicio. Si bien fue condenado por siete casos, se sospecha que habría cometido otros 25 que no fueron denunciados por las víctimas por temor.

Además, de los siete casos de abusos por los que Vergara, de 47 años, fue condenado, la Justicia entendió que cinco de ellos fueron seguidos de robos, cuatro agravados por el uso de arma.

La pena de 37 años y medio de prisión es la máxima prevista en la legislación argentina vigente cuando se cometieron los hechos, ya que se registraron antes de la última reforma al Código Penal -ley Blumberg-, que permite un máximo de 50 años de prisión.

Para llegar a la pena más alta, el tribunal tuvo en cuenta la jurisprudencia de la "ley de defensa de la democracia", que prevé la mitad más de los 25 años que tenía como máximo el Código Penal. Esa jurisprudencia se aplicó en junio de 2003 para condenar a 28 años de prisión en un juicio oral en San Isidro al encargado de relaciones públicas Javier Posadas, por 12 violaciones, entre ellas la de la fundadora de la Asociación Ayuda a Víctimas de Violación (Avivi), Ceferina González. (DyN-Télam)
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"Espero dormir esta noche", dijo Lina, una de las agredidas.

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