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 domingo, 28 de mayo de 2006  
Aniversario. A tres años de la gestión del presidente, la expansión económica concentra los aplausos. La política antiinflacionaria genera más debate
Crecimiento chino: qué hizo Kirchner para merecer esto
Aunque elogian el manejo fiscal, economistas atribuyen parte de la reactivación a la coyuntura externa

Patricia Martino / La Capital

Los indicadores de crecimiento y la consolidación del superávit son logros irrefutables de la gestión de Néstor Kirchner, pero la política antiinflacionaria es su talón de Aquiles. Así lo consideran los economistas a la hora de hacer un balance a tres años de gobierno y comienzan, por eso, a dar señales de alerta más intensas.

Durante estos 1.095 días de gobierno se logró consolidar un crecimiento anual del Producto Bruto Interno (PBI) del 9%, el desempleo bajó casi a la mitad y pasó del 20,4% a 11,4%, el superávit fiscal superó todas las expectativas, la balanza de pagos tiene cifras que hace tiempo no registraba y las inversiones tuvieron un renovado impulso, aunque no al nivel de lo que muchos esperan.

Sin embargo, el fantasma de la inflación empaña la performance del gobierno K y hasta el momento, que apeló a los acuerdos de precios para contenerla. En el primer cuatrimestre del año, los precios acumulan una suba de 3,9%.

En el ámbito empresarial, tres de cada cuatro hombres de negocios que fueron consultados en una encuesta-balance elaborada por la Universidad Austral, consideraron que "la crisis no terminó" y, de ese número, un 43% señaló como la principal debilidad de esta gestión su apego a las medidas de corto plazo. El 60%, en cambio, destacó como su mayor fortaleza el superávit fiscal.

Los empresarios consideraron también que la amenaza más relevante de la economía actual es la inflación (44%), seguida por la falta de inversiones (24%) y en último término, la crisis energética (17%), que es percibida como inevitable antes de 2009 por el 78% de los consultados por el relevamiento efectuado a unos 200 empresarios, ex alumnos de la Escuela de Negocios de la casa de altos estudios.

En cuanto al modo de combatir la suba de los precios, 64% de los consultados consideró que los controles que encara la Secretaría de Comercio -hoy en manos de Guillermo Moreno- no resultan "útiles".

Respecto a las fortalezas del gobierno, el 60% de los hombres de negocios señaló que el superávit fiscal representa su mayor punto fuerte, mientras que 17% apuntó al contexto internacional, el 15% a la base sólida de poder y sólo 8% dijo que "no tiene" puntos fuertes.

En relación a las debilidades, el 43% mencionó "su gestión de corto plazo", 22% la dependencia del Poder Ejecutivo de la actual gestión, 19% la falta de inversiones y 16% la inflación.

En tanto, la mayor parte de los consultados apelaron a la ortodoxia como receta para frenar la inflación. En este sentido, consideraron que debería ser atacada por el método más tradicional de reducción del gasto público o bien, por la contracción de los agregados monetarios. "De allí que la expectativa de inflación para 2006 se concentra en 12%", agrega el resumen del sondeo de Universidad Austral.

Los ejecutivos consideraron también que para que el sector exportador sea más dinámico se debe tener en cuenta, en primer lugar, un buen marco institucional (50%) y en segundo, se requiere del aumento de la productividad (42%). En tanto, el nivel de dólar ideal fue percibido por debajo de los tres pesos, mientras que hay "un porcentaje no despreciable que considera razonable un dólar menor a 2,80".

Finalmente, en el plano de las preguntas políticas, Macri (35%) y Lavagna (33%) aparecen como los candidatos más sólidos a la hora de evaluar quién será la principal figura de la oposición al gobierno en 2007, mientras que 79% de los encuestados cree que el presidente Kirchner logrará la reelección.


Los pros y los contras
La economista y docente de la Universidad Austral, Ana Inés Navarro de Gimbatti, destacó como logros de la gestión de Kirchner "el crecimiento económico que en tres años fue del 9% anual, apenas por debajo del 30% de la economía china, la caída del desempleo prácticamente a la mitad de lo que marcaba en el 1º trimestre de 2003 y el sostenimiento del superávit fiscal".

"Kirchner tiene a favor tres puntos fuertísimos, donde empieza a verse complicado es en la política monetaria que fue moderadamente expansiva para sostener el tipo de cambio y esto es lo que alimenta el problema de la inflación, que más allá de que no se disparó, no es fácil de doblegar", dijo la analista y apuntó que otra de las debilidades es que "si bien la inversión creció bastante, con estos niveles no se sostienen tasas de crecimiento como las actuales". En tanto, consideró que "el PBI podría quedar en 3 y 4% anual".

En su rol de docente, Gimbatti le puso al gobierno un "reprobado" en lo que consideró "mucha distorsión microeconómica".

"Los precios relativos en el mercado están distorsionados y el de las tarifas también, los controles de precios crean esto, en lugar de acomodarse de una manera normal se van estancando en un lugar que no refleja la realidad económica y esto no trae aparejado la falta de inversiones con criterios de largo plazo y eficientes", dijo la analista de la Austral.

Por otra parte, consideró "difícil" pensar en invertir cuando no se sabe cuál será el precio del bien que se producirá y cuando no se pueden hacer proyecciones a futuro.

Para la economista, "este es un modelo que así planteado tendrá crecimiento económico pero con deudas pendientes muy importantes". Al respecto citó las inversiones de moderadas a bajas, una mirada puesta casi exclusivamente en el mercado interno y problemas estructurales como el empleo en negro, que no tienen solución porque la alta presión fiscal sobre el sector en blanco genera pocos incentivos para blanquear al personal.

No obstante, Gimbatti advirtió que este modelo tendría una "capacidad de expansión fenomenal si el gobierno se animara a dejar caer el dólar", es decir, perder algunos puntos en la divisa norteamericana para de ese modo acomodar la inflación hacia abajo. "Sin necesidad de intervenir en los mercados con controles y suspensión de exportaciones, este modelo sería sostenible y lograría tasas de crecimiento interesante", precisó.

En tanto, Tulio Ceconi, investigador del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea delegación Litoral, coincide con la importancia de los resultados económicos y el mejoramiento de los indicadores. "No se puede menos que aplaudir, el país está teniendo un interesante superávit fiscal, mayor nivel de empleo y una balanza de pagos interesante", subrayó.


La ayudita de afuera
Pero aclaró: "Toda esta bonanza es de fuente externa, producto de las expectaculares condiciones de crecimiento que rigen a nivel mundial, esto significa que una parte importante del crecimiento del país es de fuente exógena y si bien no está mal que así sea, no sirve para hacer un pronóstico de la durabilidad de las circunstancias y es ahí donde aparecen los interrogantes", apuntó Ceconi.

El economista considera que durante este período de bonanza no se hacen todas las inversiones que se debieran y además considera que la política llevada a cabo contra la inflación acarrea mayores problemas como también las decisiones tomadas respecto a las tarifas de los servicios públicos privatizados.

"Las inversiones en construcción se traducen en el PBI pero no aparecen como importantes las orientadas a bienes transables competitivos internacionalmente", explicó Ceconi.

Por otra parte, "el crecimiento de las exportaciones fue de las productos tradicionales, los montos de productos industriales son reducidos y en la medida que no haya inversión es difícil tener competitividad en los sectores no tradicionales", explico el investigador del Ieral.


Rosario salió beneficiada
Por su parte, Eduardo Remolins, presidente de Sur Norte Inversión y Desarrollo, puso el tinte local al análisis. El economista considera que en la gestión K se viene una etapa en la cual todas las fichas estarán puestas en la inversión pública de infraestructura y Rosario quedó bien parada en la distribución de la torta.

El plan Circunvalar, la autopista Rosario-Córdoba y el tren de alta velocidad son algunas de las megaobras que están en la agenda merced al aporte del Estado.

A la hora del balance, Remolins destaca que lo primero que hizo bien Kirchner fue "consolidar las columnas vertebrales del modelo que puso en marcha Duhalde con Lavagna y continuar con el ministro de Economía, porque eso bajó la incertidumbre de los operadores y empresarios". Así, el traspaso presidencial se realizó "manteniendo el régimen cambiario, el superávit fiscal y se sumó la renegociación de la deuda pública, donde se enfrentaron muchas presiones que supieron manejarse adecuadamente", dijo Remolins.

Luego, "se entró en una especie de meseta donde sólo se enfrenta el día a día y como caso emblemático se puede citar a la forma en que se trata de contener la inflación", apuntó el analista de Sur Norte Inversión y Desarrollo. "Los acuerdos de precios funcionan bien, pero en el corto plazo. mientras que el énfasis puesto en las políticas de mediano plazo es menor", indicó.

En este último año que resta de gobierno, Remolins advierte que el eje va a estar en las inversiones en infraestructura, destino del superávit fiscal que aunque se achica no se va a extinguir.


El reparto: una deuda
En materia de indicadores indicadores económicos, el economista Sergio Arelovich señaló que "los datos de la realidad muestran las tasas de crecimiento" pero comentó que "también hay que medir qué pasó con la distribución social de los frutos de ese crecimiento".

El analista considera que el repunte económico se debe más a factores externos al gobierno que al diseño de una buena política pública. "Hay elementos que tienen que ver con la recomposición salarial pero otros con cuestiones coyunturales como el precio de los commodities en el sector agropecuario o los negocios de hidrocarburos", dijo el economista.

Explicó en ese sentido que "cuando desaparezcan estás perspectivas se puede ver afectado el frente fiscal, que crece en buena parte gracias a las retenciones".

Además, partiendo de la premisa de que crecimiento no necesariamente representa desarrollo, Arelovich consideró que "las tasas de crecimiento son tangibles, reales, pero de alguna manera son espureas porque no se sabe si están solventadas en datos que van a existir en el futuro".

Asimismo, se mostró preocupado por el trabajo no registrado. "Ocupa un lugar central en la estructura de la fuerza de trabajo y la recomposición salarial no llega para este segmento que representa a la mitad de los trabajadores argentinos", sostuvo.

"Hay que hacer algo diferente, si nos limitamos a reproducir vamos al precipicio nuevamente, necesitamos modelos de desarrollo diferente, los excedentes fiscales tuvieron como destino tres cuestiones centrales: el pago de la deuda pública, alimentar obras de infraestructura para abastecer al modelo productivo existente en lugar de enfocarlo hacia otro lugar, y la construcción de una red social clientelar para evitar una explosión", especificó Arelovich.

En tanto, el economista del Plan Fénix, Marcelo Lascano, coincidió con que desde el punto de vista de los indicadores convencionales "el crecimiento económico, la creación de empleo, la generación de inversiones y ahorros, las mejoras en comercio exterior y el desempeño de las cuentas fiscales externas en estos tres años fueron positivos". Aunque aclaró que "no hay señales de cómo sigue la película".

"Los que tenemos alguna experiencia le pediríamos al presidente que formule prioridades de política económica conectada con alguna diplomacia comercial muy atenta para poder darle continuidad al proceso de crecimiento", dijo Lascano. Y entre las prioridades consideró clave "afirmar la oferta energética, incluso con vistas a exportar, mejorar la calidad del PBI y no sólo crecer en base a carne y soja sino en aquellos sectores conectados con la base científica tecnológica del país como la energía atómica, la actividad espacial, la medicina nuclear, la producción de satélites y radares, entre otras cosas. Estos son complementos para jerarquiza al país", puntualizó el analista.
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Kirchner, Miceli y el secretario Guillermo Moreno durante la firma de uno de los acuerdos de precios para contener la inflación.

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