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 sábado, 03 de septiembre de 2005  
Desastre. Intentan restablecer el orden en la zona devastada por el caos y una furiosa tormenta
Nueva Orleáns recibe ayuda recién a cinco días del paso del huracán
Treinta mil soldados llegaron a la ciudad, que también recibió alimentos y agua. Persisten los problemas

Los primeros cargamentos de ayuda con alimentos y agua para decenas de miles de evacuados tras el paso del huracán Katrina llegaron ayer después de cinco días a la ciudad de Nueva Orleáns. Al mismo tiempo 30 mil soldados de la Guardia Nacional y reservistas arribaron con la misión de restablecer el orden en la ciudad, tras dos días de asesinatos, saqueos y caos. Estados Unidos anunció que aceptará ayuda internacional para enfrentar la catástrofe. Mientras tanto se desconoce todavía el número exacto de víctimas fatales y los daños fueron cifrados en más de 100.000 millones de dólares.

En el centro de convenciones de Nueva Orleáns, una parte de los millares de víctimas de la tormenta que esperaban su rescate aplaudieron, elevaron las manos al cielo y dieron gracias a Dios a ver llegar a los camiones con las provisiones y a centenares de soldados, en una ciudad desesperada y víctima de la delincuencia.

La llegada de los soldados en masa coincidió con las fuertes críticas formuladas contra el gobierno de George Bush, que estaba de vacaciones cuando se desarrolló el peor momento del huracán. "La vida de los residentes de la ciudad pende de un hilo", dijo el alcalde Ray Nagin en una dramática declaración a la cadena de cable CNN. "El tiempo se ha acabado. ¿Podemos sobrevivir una noche más? ¿En quién podemos confiar? Sólo Dios sabe".

Los militares dijeron que su prioridad era suministrar agua y alimentos, después de lo cual comenzarían la evacuación de los damnificados, que podría tardar días.

Sin embargo, el caos continúa. El alcalde de Nueva Orleáns dijo que efectivos policiales que antenoche intentaban controlar la situación dentro del centro de convenciones fueron obligados a huir a disparos, sin poder "responder el fuego por temor a hacer blanco en civiles (inocentes) en la oscuridad". Algunas víctimas prefirieron refugiarse en los techos o pisos superiores para evitar el peligro de la gente armada en medio de las multitudes.

En los hospitales de la ciudad los médicos estaban aún tratando de evacuar a cientos de pacientes, tarea que se vio facilitada con la llegada ayer de los helicópteros militares Chinook que pueden transportar entre 25 y 60 personas por vez.


Explotó un depósito ferroviario
Mientras tanto, una fuerte explosión en un depósito ferroviario de Nueva Orleáns y un gran incendio en pleno centro de la ciudad agravaron hoy aún más el caos reinante. En un principio, nadie sabía si en el depósito había almacenados productos químicos peligrosos. Los bomberos acudieron al lugar acompañados de expertos en sustancias peligrosas. En vista del caos y la miseria en Nueva Orleáns tras el paso del huracán Katrina, el alcalde Ray Nagin expresó su enojo por la escasa ayuda. "Necesito refuerzo policial, necesito tropas, necesito autobuses", dijo.

"Se discute largamente acerca de la posible utilización de autobuses escolares, cuando todos los autobuses de todo el país deberían ser puestos a disposición en el acto en vista de la dimensión del desastre. Hagan el favor de traerlos aquí de una maldita vez", instó Nagin.

La ciudad "es un campo de batalla, caen disparos, yacen cadáveres en las calles", explicaban Tim, de 54 años, y Joanne Miller, de 49, en una entrevista.

Durante cuatro días, la pareja y otros dos australianos se refugiaron debajo de un puente junto a una montaña de cadáveres. Los turistas reconocen haber robado comida.

Por otra parte, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó ayer un paquete de ayuda urgente de 10.500 millones de dólares para paliar los daños causados por el huracán.

En la zona devastada, que es casi tan grande como Gran Bretaña, aún faltan alimentos, agua potable, medicamentos y medios de transporte para decenas de miles de refugiados. El director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), Michael Brown, indicó que este organismo intenta trabajar en Nueva Orleáns en condiciones de guerra. "Cada vez que sacamos a gente de aquí llega otra nueva" dijo.

Además, Brown informó que el huracán destruyó o causó daños a al menos 350.000 casas en el sur de Estados Unidos y entre 500.000 y un millón de personas necesitarán un nuevo hogar.

En tanto, llegaron a Houston hasta ahora según las autoridades 22.000 desplazados de Nueva Orleáns. Unos 15.000 fueron alojados en el estadio Astrodomo y el resto en centros de refugio. Según el alcalde, Bill White, unas 11.000 personas más serán alojadas en el centro de convenciones.

El Astrodomo, con capacidad para 25.000 refugiados, tuvo que cerrar sus puertas. A la gente que seguía llegando al estadio tras ocho horas de viaje en autobús le fue negada la entrada por motivos de seguridad y algunos tuvieron que emprender otro viaje de 300 kilómetros hasta la ciudad tejana de San Antonio.

Sobre todo los niños están en situación crítica. Muchos de ellos perdieron sus zapatos al huir a través de las aguas. Otros tantos se lastimaron las plantas de los pies con objetos afilados o tienen heridas en las piernas. Sin embargo, la ayuda que los niños más valoran son juguetes, blocks de dibujo, rompecabezas y lápices. Estados Unidos ofrece en estos días una imagen desconocida. (AP y DPA)
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Los primeros cagamentos de alimentos y agua (foto) recién llegaron ayer.

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