Presenta el show "Mi Buenos Aires querida" en el teatro El Círculo

Cacho Castaña: "Agarrar la guitarra me jugó en contra, desde ahí no paré de laburar"

El cantante restó importancia a su reciente internación en una clínica porteña y reivindicó su imagen bohemia

U. G. Mauro / Escenario

"Creo que si tengo que cantar tangos una hora y media seguida no me lo banco y a la media hora me suicido", expresó a La Capital con su habitual claridad de lenguaje el cantante Cacho Castaña, quien hoy, a las 21.30, llega a Rosario para presentar el recital "Mi Buenos Aires querida", en el teatro El Círculo, Laprida y Mendoza. El show se ofrecerá también mañana, a las 21.30, en el Teatro Verdi de Cañada de Gómez.

-¿El recital de esta noche tiene que ver con el disco que estás preparando?

-Yo diría que no. No me gusta mucho eso de presentar temas nuevos en los recitales, de casualidad que canto uno o dos. Además, la gente en realidad paga para escuchar los temas clásicos y por más que uno quiera cambiar te ves obligado a cantar eso: "Café la Humedad", "Quieren matar al ladrón", "Garganta con arena" o "La Gata Varela".

-Hace poco sufriste una internación, ¿cómo está tu salud?

-Ando muy bien. No me internaron de urgencia ni nada de eso. Era algo que tenía programado hace un año y nunca fue nada grave como dijeron. Me hicieron un cateterismo y acá estoy, en casa y perfectamente bien...

-¿Cómo va a ser el disco nuevo?

-Digamos que la mitad son clásicos de mi repertorio y la otra mitad cosas que grabo por primera vez, como "Naranjo en flor", "Fuimos"...,la verdad es que estamos muy contentos por cómo está quedando el disco y te adelanto que se va a llamar "Con piel de tango". Tengo confianza en que un par de los temas nuevos van a andar muy bien.

-¿Es un trabajo independiente?

-Siempre hago discos grabándolos en forma independiente de la grabadora. Cumplo la parte que me toca del contrato llevando el trabajo terminado en lo que hace a la grabación. Trato de no dejar todo en manos de la grabadora porque si no, como le pasa a cualquier artista, a veces te dan ganas de salir corriendo. Así, en cambio, yo cumplo mi compromiso contractual de grabar equis cantidad de discos en un determinado período y nadie queda entrampado. Apenas sale ya estoy de nuevo componiendo, grabando demos, probando cosas... Las compilaciones las hacen las compañías que nunca consultan a los artistas. Así y todo, llevo editados 45 discos. Cuando cambiás de compañía discográfica, la que dejás te larga después la serie de "Los grandes éxitos" para joderte.

-¿Estás volcado a algo más que no sea la música?

-Me hicieron propuestas para la televisión, pero prefiero seguir con esto de los recitales, que es lo que realmente más me gusta. Gracias a Dios, esto anda muy bien. Venimos haciendo recitales en San Juan, Mendoza, Esquel, Salta, Imaginate que en todos lados llenamos o vamos por dos fechas y terminamos agregando más funciones, cosas que ni yo que las vivo las puedo creer.

-¿Cuál de los dos tipos de producciones tuyas, las bailables o las tangueras, considerás las más exitosas?

-La gente en los shows se muestra pareja en sus preferencias: quiere tanto divertirse con "Quieren matar al ladrón", "Canciones son canciones", "La reina de la bailanta". Creo que si tengo que cantar tango una hora y media seguida no me lo banco; a la media hora, me suicido.

-Alguna vez declaraste: "Agarré la guitarra para no laburar", ¿cuánto hay de serio en eso?

-(Risas) También lo hice para conseguir chicas, pero ojo que no puede ser entendido como algo literal: no soy un improvisado, estudié piano y después composición en el Conservatorio Nacional. La cosa es metafórica, pero seguro que, como era un pibe, la música me servía con las chicas. Incluso el agarrar la guitarra se me hizo contra, porque desde entonces no paré más de laburar. Me salió mal.

-¿Cuánto hay de coincidencia entre tu imagen de porteño bohemio y tu vida privada?

-Soy el Cacho Castaña que conoce la gente desde que nací. Nunca desdoblé mi personalidad en nombre de mi carrera, entre otras cosas (risas) porque eso es un doble laburo y ya no me gusta. A mí no me convence eso de desdoblarse, de que el artista se devore al hombre. Tampoco ando con lentes oscuros para que no me reconozcan, eso es una estupidez.Quise ser famoso y me lo banco. Además me encanta que me paren por la calle.

-Pero la imagen tuya de tipo de la noche es la que prevalece...

-Y sí, yo soy así. No es que salgo todas las noches a bolichear pero sí voy a todos lados. A las tres de la tarde voy a tomar café a Corrientes y Esmeralda, después me voy a Sadaic, me encuentro con los muchachos, me voy a jugar al billar, después voy a cenar. La vida no me cabe de otra forma y si hiciera otra, no sería yo. Ojo también con el tema de la bohemia, porque ya no es la de antes.

-¿En qué sentido?

-En el de que Buenos Aires es una caldera. No hay demasiado lugar para esas cosas y a veces tenemos la sensación de que estamos sentados sobre un barril de pólvora.

-¿Qué opinás de los artistas que se quejan porque no tienen vida privada?

-¡Qué se dejen de joder! Si no tienen habilidad para tener vida privada, para tener alguna trampa, son giles. No me vengan con que el periodismo los persigue y todas esas macanas. Para muchos, gracias a Dios existe el periodismo, si no no existirían ellos. Cuando no son famosos, le piden al periodismo que le inventen un romance hasta con Tania y después le piden que no pongan nada en el diario porque están en pareja...

Cacho Castaña confiesa que disfruta de la fama y del cariño que le demuestra su público.