La isla de la fantasía: hacia el paraíso hawaiano

Las costumbres de la isla de la Polinesia reciben a los viajeros desde el aeropuerto. Un destino de descanso con collares y hula hula

María Cristina Stapich

Ni bien el avión aterriza en el Aeropuerto Internacional de Honolulu se puede sentir "el espíritu del aloha". Dos mujeres de aspecto oriental con largos vestidos coloridos dan la bienvenida en el aeropuerto colocando una lei (collar) de flores naturales. Un ambiente relajado, tropical y divertido da la bienvenida.

Hawaii es el estado número 50 de los Estados Unidos. Está compuesto por ocho islas principales, de las cuales O'ahu es la tercera en extensión y pionera del turismo del estado. Esta isla alberga la capital, Honolulu, que es puerta de entrada al paraíso. El aeropuerto se ubica 16 kilómetros al oeste de Waikiki. Aloha Airlines (www.alohaairlines.com) es la línea de bandera, aunque cada día más compañías aéreas suman a Hawaii como destino.

O'ahu, que como el resto de las islas comenzó su historia como una plantación de ananá, hoy es el punto de encuentro de los surfistas más ambiciosos, de los famosos que quieren un encuentro privado con el sol, de los más caros casamientos, de los golfistas pretenciosos y de los estudiantes de Beverlly Hills en sus vacaciones de primavera.

Dominada por el oro de sus playas, el verde de sus palmeras, el azul esfumado de sus aguas y custodiada por sus añejos volcanes, O'ahu atesora una de las playas más famosas del mundo y el lugar que los locales suelen llamar "el paraíso": Waikiki.

.Desde el aeropuerto de Honolulu se puede tomar un shuttle, taxi o un servicio de traslado gratuito llamado "Waikiki Hotels & Beaches" que sólo permite un bolso de mano. Las limusinas, para grupos mayores a cinco sson realmente accesibles.

La autopista H1, que lleva hasta Waikiki, permite admirar la perfecta combinación de la ciudad con el verde de las palmeras y un pedacito de mar que asoma entre las paredes de las highways.

Para alojarse existe de la más variada cantidad de hoteles, hostels, Bed & Breakfast y Resorts: para gasoleros, para los pasajeros ejecutivos y para el típico pasajero de turismo de sol y playa. Se destacan por arquitectura, servicios y bellas playas: "el Palacio Rosa" o Royal Hawaiian, Sheraton Moana Surfrider, Hyatt Regency Waikiki, Hawaiian Regent Hotel y Aston Waikiki. La cadena Ohana (www.ohanahotels.com) es una las más accesibles.

La ciudad se extiende en un radio que comprende no más de 40 cuadras. Delimitada al norte por el canal Ala Wai Canal y al sur por las aguas del Pacífico, a Waikiki la atraviesan dos avenidas principales: Kalakua Avenue y Kuhio Avenue, donde se encuentran las más renombradas marcas.

Waikiki se caracteriza por sus playas públicas, la más famosa y concurrida es la Kuhio Beach, donde se puede ver un mar plagado de snorkelistas, buceadores, nadadores, gomones y cuerpos dorándose. Alejándose de la ciudad, las playas privadas son los diamantes de la costa, pero a lo largo de toda O'ahu hay playas para una zambullida.

Para ir de compras a tono con los lugareños se pueden recorrer los mercados o la Kalakua Avenue, donde se ubican los negocios de las marcas más famosas del mundo y donde también las wahines (mujeres locales) ofrecen, en puestos muy precarios, los mu'umu'u (vestidos largos y coloridos), remeras, camisas, toallones y todo lo necesario. También están los shopings. El Royal Hawaiian Shopping Centre (www.royal-hawaiian.com), imponente con sus tres cuadras de extensión, y a unos kilómetros, ya dentro de la capital hawaiana, el famoso Ala Moana Center (www.alamoana.com). El servicio de traslado desde Waikiki Downtown hacia el mall es de $5 dólares ida y vuelta.


Lo básico
Después de un recorrido básico por la ciudad, los espectáculos más representativos son una bienvenida, esta vez, a la cultura y costumbres. Se destacan el Paradise Cove Luau (www.paradisecovehawaii.com), y el Germaine's Luau. Este espectáculo, que comienza partir de las 6 de la tarde, invita a conocer la cultura de la Polinesia. La recepción reitera el rito de los collares (en este caso de caracoles), completada con tragos para acomodarse a una demostración de danzas típicas que varían según las islas. Los tahitianos se destacan en su performance.

El público interactúa aún en el hula hula, el típico baile con meneo de las caderas hacia un costado y hacia el otro al ritmo de la música, y en el cual la bailarina se viste con polleras de hojas de ti y corpiños hechos de cocos.

Cuando el sol empieza a ponerse, uno de los integrantes del staff sopla un caracol muy grande para aclamar a todos los dioses, y luego se prepara cerdo (kalua) en un horno bajo la arena (imu). Por la noche, después de haber degustado el kalua y bailado con la luna descalzos sobre la arena, se siente más fuerte el espíritu hawaiano.

Hawaii tiene una oferta muy variada de actividades al aire libre. Snorkel, buceo, natación, surfing, body surfing, windsurf, kayaking, navegación, pesca pueden elegirse junto a caminatas a lo largo y ancho de toda la isla.

Los hawaianos empiezan su día temprano. Para las 5 de la mañana todos saborearon su desayuno para salir rumbo a sus destinos degustando una rodaja de ananá (típico). La cena comienza a partir de las 5 de la tarde y sólo algunos lugares permanecen abiertos hasta las 21. La cocina hawaiana está influenciada por los distintos grupos étnicos que ocuparon el norte del Pacífico. La cocina japonesa, china, filipina, coreana e inclusive la americana fueron de a poco invadiendo el espacio. Todos imponen un detalle local como la rodaja de ananá en cada comida. En manos de los expertos cheffs hawaianos se destacan el cerdo kaluay y el Laulau (mezcla de pescado, cerdo y hojas al vapor).

Hawaii siempre se ha caracterizado por la frase "Temprano a dormirse, temprano a levantarse". Los dos centros de la isla son Honolulu y Waikiki, donde los bares y lounges de los hoteles brindan conciertos o karaokes famosos sobre la playa.

Sólo algunos boliches de Waikiki permanecen abiertos hasta las 4 de la madrugada. El más famoso es el Wave Waikiki, emporio de surfistas.

Las últimas horas del viaje son para la despedida al paso de una caminata que permite grabar las imágenes que perdurarán en el recuerdo,incomparables con el resto del mundo.

Es que no son imágenes de este mundo, son de un paraíso.

Las olas de la isla, elevadas sobre arrecifes de coral, son el mayor desafío para los surfistas de todo el mundo.