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 domingo, 24 de julio de 2005  
Equilibrio interior: tiempo de mandalas

La palabra mandala es de origen sánscrito. Significa cerco, círculo. Pero si bien el término tiene su origen en culturas orientales, lo aplicamos a todas las figuras organizados alrededor de un punto central e inscriptas dentro de un perímetro definido (un dibujo centrado, concéntrico).

Mandala deriva de la raíz manda (esencia) a la que se agrega el sufijo la (recipiente), por lo tanto una connotación obvia de mandala es "receptáculo de la esencia".

Se trata de una puerta de entrada hacia la interioridad y la conciencia de sí mismo. También se define al mandala como puerta de vida (simboliza la encarnación del alma a través de la embriogénesis).

Esta representación organizada alrededor de un centro ha sido utilizada desde tiempos inmemoriales en todas las culturas, ya sea en artesanía, en utensilios domésticos, bronces, anillos, en el arte, tapices, vitrales o rosetones de las catedrales, en la arquitectura árabe-andaluza; en el Tíbet y la India como soporte de la atención para explorar ciertos espacios interiores en sus prácticas yóguicas. La rueda búdica es un mandala, así como los chakras hindúes, la rueda de la medicina de los amerindios, el calendario azteca, el zodíaco occidental y el chino.

Esta actividad es ante todo un placer. Organizar armoniosamente los colores alrededor del centro, sumergirse en un ambiente coloreado, con la protección del cerco que marca concretamente los límites de esta creación, proporciona una sensación de bienestar. Progresivamente el practicante realiza una experiencia de tranquilidad interior acompañada de una concentración tangible y de un estado de relajación.

Como los mandalas representan la totalidad de nuestro ser, cada persona responde instintivamente, más allá de su edad, género, raza y cultura.

El mandala es una herramienta concreta que permite hablar de uno mismo no verbalmente, y por lo tanto, descargarse de ciertos pesos molestos. Su eficacia parece provenir de la función terapéutica de los colores así como de la estructura misma del círculo. En tanto que se trata de una imagen organizada alrededor de un centro es el reflejo de las leyes de la organización de la vida (célula, colmena, hormiguero) de la materia (átomo), del cosmos (sistema solar, galaxias).

La organización alrededor del centro, típica del mandala, la convierte en una actividad de recentramiento. Como el centro de la rueda no se mueve, representa la imagen del silencio, de la serenidad, de la continuidad y de la presencia en sí mismo, sin los que ninguna reflexión, aprendizaje, análisis o proyecto son posibles.

El coloreado de las mandalas debe ser una actividad libre y elegida. La elección no es anodina. Parece que corresponde simbólicamente a un orden armonioso del mundo en que la persona desea insertarse temporalmente, para reasegurarse o tomar fuerzas.


Efectos positivos
Reconstruye una imagen personal positiva.

Permite ordenar y dar sentido a los elementos dispersos de la vida.

Recentra.

Sentimiento de seguridad.

Estimula la afectividad positiva.

Despierta la creatividad.

Reestablece la movilidad articular después de una operación.

Mejora la memoria.

Reequilibra, armoniza y relaja.

Recupera el sueño en personas que sufren de insomnio o estrés.

Crea óptimas condiciones de aprendizaje y concentración. En neuropedagogía se utiliza con resultados sorprendentes. Pone a las personas en estado de calma (el silencio se instala como la concentración con conciencia de identidad y de equilibrio interior). Une a los alumnos en una misma dinámica relajante y creativa.

En personas maduras y ancianas logra mejorar los lazos sociales y la creatividad: recuperan el sentido de la vida, la tranquilidad, la relajación y el bienestar.

En el caso de personas que trabajan en grupos hace que se unan con buena disposición y que trabajen en armoniosa colaboración.

Ayuda en casos de depresión.

Fortalece la autoestima.

El trabajo con mandalas necesita, al comienzo, la guía de un instructor capacitado, ya que es una forma aparentemente simple pero que toca lo más profundo del ser. No es un trabajo que se realiza al azar, sino que se utilizan consignas que deben ser respetadas.

Lys D'Angelo

Instructora de terapia con mandalas
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