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miércoles,
13 de
julio de
2005 |
El gobierno busca bajar los decibeles a la polémica con Lavagna
Buenos Aires- El Gobierno salió hoy a ponerle paños fríos a la polémica que encendieron las declaraciones del ministro de Economía, Roberto Lavagna, quien desde China aseguró que podría intervenir en los acuerdos salariales para evitar que influyan en la inflación, y hubo advertencias para el jefe del Palacio de Hacienda de que "la última decisión" en esta materia la tiene el presidente Néstor Kirchner.
Los dichos de Lavagna tomaron por sorpresa al Gobierno, y desde el Ministerio de Trabajo, área que homologa los convenios colectivos, se optó por no emitir ninguna respuesta oficial, no obstante lo cual trascendió la existencia de malestar en el entorno de Carlos Tomada.
"Ninguna de estas discusiones se llevan a cabo en los ministerios", aclaró el ministro del Interior, Aníbal Fernández, en alusión a las negociaciones colectivas que se realizan en ámbitos privados, y subrayó que la posibilidad de una intervención estatal sobre los mismos "es una decisión única del Presidente".
De todos modos, Fernández dejó entrever que los acuerdos salariales, con los que el presidente en numerosas oportunidades se mostró partidario, no son los responsables de la inflación.
"Todas las medidas que el presidente tome y en este caso en términos de inflación están manejadas, analizadas con demasiado celo para que no impacten" en la economía de manera negativa, remarcó el funcionario.
Por su parte, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, evitó pronunciarse demasiado sobre el tema, y se limitó a decir que Lavagna solo cuenta lo que está diciendo el INdEC".
Así, subrayó que "en verdad, enojarse con Lavagna porque cuenta lo que dice el índice es enojarse con el cartero, no tiene nada más que esto, con el que trae la noticia". (DyN)
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