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 domingo, 29 de mayo de 2005  
Sangriento final. Mataron a "Marisa", que ganó popularidad por sus dotes de clarividencia y curanderismo
Brutal crimen de un transexual en una casona de Pellegrini
Le asestaron unas 15 puñaladas posiblemente con dos cuchillas. No le robaron nada y se ignora el móvil

Un transexual de 53 años fue hallado asesinado con más de una decena de profundas puñaladas en el interior de una vistosa casona de avenida Pellegrini 341 en la que vivía en compañía de una ama de llaves y donde se dedicaba a recibir a una heterogénea clientela que la consultaba como vidente. Pese a su alevosía, el crimen se cometió con total sigilo, ya que la mucama no escuchó nada y recién descubrió lo sucedido cuando llegó un familiar a visitarlo. El cadáver presentaba múltiples heridas de la cintura hacia arriba, pero la más llamativa era un profundo corte en la nuca, efectuado presumiblemente con la intención de decapitarlo, según la primera observación de los peritos. El motivo del crimen era un misterio, aunque la primera impresión policial era que el o los autores del hecho serían conocidos de la víctima. Al cierre de esta edición se postulaba como posible motivación un desarreglo en el núcleo afectivo, un problema de negocios o un conflicto pasional. No se constató que faltaran objetos o dinero.

La policía no encontró en la escena del crimen ningún elemento que pudiera ser considerado como arma homicida, pero allegados a la pesquisa remarcaron la ferocidad con que fue atacada la víctima. En ese sentido, ayer se asumía que las heridas se habrían realizado sino por dos personas, al menos, con dos cuchillos distintos. Si bien el cadáver apareció tirado en el piso se hallaron cortes y manchas de sangre en las sábanas y en el colchón de una cama ubicada muy cerca del cuerpo, lo que indicaría que la víctima fue atacada cuando estaba acostada.


Hablar de ella
En el Registro Nacional de la Personas su identidad figuró siempre como Juan Antonio González. Pero nadie lo conocía por ese nombre ni por el género que postulaba. Hasta los policías a cargo del caso decían "ella" cuando designaban a la víctima. Desde que se operó en Estados Unidos para cambiar de sexo, hace más de tres décadas, se hacía llamar Marisa. Se ganaba la vida como curandera y vidente, según contaron a La Capital vecinos de la cuadra y refrendaron los investigadores. En realidad con ese oficio llegó a alcanzar una situación muy próspera. Era de contextura delgada, tez blanca, un metro 75 de estatura. No era un secreto que por sus dotes recibiera consultas hasta de funcionarios políticos, judiciales y policiales. "También de periodistas", chanceó uno de los voceros del caso.

Alrededor de las 13.30 lo encontró sin vida un familiar que lo había ido a visitar. El lugar del crimen es una vivienda de dos plantas ubicada en la vereda sur de Pellegrini entre Alem y Ayacucho. El inmueble tiene una fachada de estilo griego, con cuatro inmensas columnas dóricas, coronadas con un arco de medio punto, una alegoría precaria de Partenón. Al frente, además de una puerta de hierro y vidrio, hay tres grandes balcones que están sostenidos a casi dos metros de altura de la vereda. La planta alta está dominada por cuatro amplios ventanales.

Según contó uno de los investigadores, en el interior más que ostentación de lujo se notaba un delicado gusto para la decoración. "Es una casa grande, antigua y bien decorada", comentó un policía mientras en el interior se realizaban las primeras pericias. Así y todo, desde el exterior, la mansión parecía abandonada. Pocos vecinos de la cuadra se enteraron del suceso, a pesar de que a esa hora había bastante movimiento en Pellegrini.

La casona está en la misma cuadra de dos históricos bares como Splendid y el Blanco y a unos 50 metros de la Facultad de Ingeniería. "(El dueño) no salía casi nunca y siempre dio la impresión de que allí no vivía nadie. Estaba cerrada y no se veía movimiento", recordó una vecina de la cuadra. De acuerdo a la poca información que circuló ayer, Marisa vivía con una mucama, una mujer de unos 70 años. Según un pesquisa, tenían una relación de amistad de más de tres décadas. Esta mujer ocupaba una de las habitaciones de la planta alta.

Tenía una hija adoptiva de 17 años. Fue justamente su yerno quien ayer cerca de las 13 fue llegó a la vivienda y se encontró con el macabro cuadro. El cuerpo estaba dentro de una habitación de la planta baja y fue descubierto a partir de la llegada de esta persona. Tenía al menos 15 heridas cortantes en todo el cuerpo y estaba vestido con un pantalón vaquero, remera y pullover. Los peritos establecieron que la muerte se produjo entre las 3 y las 4 de la madrugada. A esa hora, la ama de llaves dormía en su habitación de la planta alta.

La mujer les contó a los investigadores que no escuchó ningún ruido extraño. La hipótesis que circulaba ayer era que Marisa debe haberle franqueado el acceso a la casona a alguien conocido. El caso es investigado por la Brigada de Homicidios y la seccional 4ª.
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La policía retira el cuerpo de Marisa.

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