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 domingo, 29 de mayo de 2005  
Los malos hábitos, culpables de la obesidad
Una dieta desequilibrada y poco ejercicio físico se asocian a enfermedades como diabetes e hipertensión

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 3 millones de muertes anuales son atribuibles al sobrepeso y la obesidad y si no se toman medidas urgentes la cifra podría elevarse a 5 millones para el año 2020, lo que equivaldría a la desaparición de la población de Dinamarca cada año.

En todo el mundo hay cerca de mil millones de adultos con sobrepeso. De ellos, al menos 300 millones son clínicamente obesos. La OMS afirma que la obesidad se ha convertido en un problema de "proporciones epidémicas", no sólo en los países ricos sino también en el mundo en desarrollo.

Más de un tercio de los estadounidenses y cerca de un quinto de los europeos son clasificados como obesos. En Brasil es el 9 por ciento, y en Kuwait un imponente 35 por ciento.

Una dieta desequilibrada combinada con poco ejercicio físico se asocia a muchas enfermedades crónicas, incluyendo diabetes, deficiencia cardíaca, hipertensión y algunas formas de cáncer.

Pero la ausencia de hábitos saludables no es costosa sólo para la salud, sino también en términos económicos. La OMS estima que la obesidad es responsable de entre el 2 y el 6 por ciento de los gastos sanitarios en los países desarrollados.

Diversos estudios han establecido una fuerte relación entre la obesidad, la decadencia física y una reducción general de la productividad. La obesidad afecta a la productividad no sólo a través del aumento de la mortalidad, sino también con el incremento de la morbosidad, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Un informe de la FAO compilado por el investigador Daniel J. Hoffman revela que "el aumento de la obesidad mórbida retira a los individuos de la fuerza laboral pero los deja en la sociedad, donde aún pueden demandar alimento y atención sanitaria".

"Una persona obesa experimenta un aumento del 50 por ciento en su pérdida de productividad y visita al médico un 88 por ciento más que una persona sana durante un período de seis años en Estados Unidos", dice el estudio.

Aunque los expertos admiten que la herencia genética juega un importante papel para determinar la facilidad de una persona para ganar peso, subrayan que la clave está en la ingestión de calorías y la actividad física.

La OMS urge a la población mundial a comer más frutas y vegetales, realizar ejercicio físico moderado a diario durante al menos 30 minutos, reducir la grasa y el azúcar en sus dietas y optar por grasa vegetal sin saturar, en lugar de la grasa animal saturada. (DPA)
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