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 jueves, 19 de mayo de 2005  
Mañana se cumplen cinco años de la muerte de Natalia Fraticelli
"La hipótesis del crimen se gestó en el velorio y no salió más del expediente"
El abogado de Graciela Dieser, Héctor Superti, insiste en que no hubo asesinato sino suicidio. Aduce que la Justicia no evaluó más que una alternativa, el homicidio, por el cual el ex juez y su mujer cumplen perpetua

Hernán Lascano / La Capital

Mañana se cumplirán cinco años de uno de los casos policiales más conmocionantes de los últimos tiempos: la desaparición de Natalia Fraticelli. El estremecimiento pasó por todos los niveles: desde la novedad del crimen de una adolescente en su propia cama hasta la sorpresa por la acusación contra sus padres, uno de ellos un juez penal de la provincia, por haberlo perpetrado. Carlos Fraticelli y Graciela Dieser vivirán el aniversario en su lugar de confinamiento de la alcaidía de Melincué. Mientras eso ocurre el abogado Héctor Superti, que representa a Dieser, insiste en varios tópicos. Aduce que si no se hubieran denegado evidencias habría quedado probado que no hubo crimen sino suicidio. Que la investigación fue parcial y tramitada por un entorno donde jueces, familiares y amigos estaban entremezclados. Que aunque la defensa jamás tuvo razón en las sucesivas instancias judiciales todo esto fue en el ámbito de la provincia. Y que por primera vez se sabrá si hubo anomalías cuando la Corte Nacional se pronuncie al respecto. "Si alguna vez nos dan la razón -se pregunta Superti- ¿quién se hará cargo de que a una persona que perdió a su hija la hayan tenido encerrada cinco años?"

-La condena a los padres de Natalia está confirmada y la Corte provincial ya sostuvo que el proceso fue correcto. ¿Por qué para usted todavía no está claro qué pasó aquella madrugada?

-La causa tiene una sentencia de primera instancia y una confirmación de la Cámara Penal con fallo dividido. Tres camaristas coincidieron en la primera instancia y dos no. Eso es lo que hay del fondo del asunto, es decir, de cómo ocurrió la muerte. Los demás son planteos por violaciones constitucionales que para nosotros se cometieron tanto en el proceso como en las sentencias. Ante eso ya respondió la Corte de la provincia y ahora debe hacerlo la de la Nación.

-¿Por qué ustedes dicen que la investigación estuvo mal?

-Para nosotros se violó la Constitución durante el proceso. Se denegaron ocho pruebas presentadas por nosotros. Por otra parte no hubo un tribunal imparcial, en relación a la mayoría de los miembros de la Cámara de Apelaciones. Esos planteos hasta el día de hoy no recibieron respuesta adecuada. La Cámara estuvo involucrada en etapas previas de la sentencia resolviendo cuestiones fundamentales. Además algún magistrado de esa Cámara (se refiere a Martha Burrone de Juri) dijo en la prensa, al mes y medio del caso, cosas que terminó sosteniendo en la sentencia definitiva, lo que ratifica que se quebró la garantía de imparcialidad. Este no es un problema personal sino de sistemas.

-Al comentar a varias personas del quinto aniversario del inicio del caso Fraticelli todas reaccionaron igual: "¿La mataron o fue suicidio?" Lo que hace pensar que la duda sigue instalada. ¿Usted qué dice?

-Sobre lo que pasó el 20 de mayo de 2000 siempre diré lo mismo: yo no estuve. Pero con los datos del expediente reconstruí lo que puede haber ocurrido. En esto juegan por supuesto los dichos siempre ratificados de mi clienta, que están en la causa. De lo que yo estoy convencido es que no hubo una agresión externa contra Natalia. También de que no es fácil imaginar que dos padres se pongan de acuerdo para matar a su hija a las tres de la mañana en su cama, más cuando la Justicia termina diciendo que no sabe por qué la mataron. Es imposible estrangular sin dejar marcas y el expediente no acredita que las haya en el cuerpo de la chica. Lo que sí está científicamente demostrado es que ingirió de 22 a 28 cápsulas de Uxen Retard, droga que a Natalia, por su condición de epiléptica, le provocaría asfixia. Y la chica murió asfixiada. Evaluando todos estos elementos la conclusión es que no hubo agresión externa. Ese es mi razonamiento.

-Lo que desacredita ese planteo es la propia argumentación de los Fraticelli sobre un aparente robo en la casa y la modificación de la escena de la muerte.

-Es cierto. Este caso, que genera una gravísima injusticia, tiene ingredientes que complican el cuadro. Si uno lee el expediente advierte que mi clienta no dijo nada. Pero suponiendo que los padres hayan querido tapar algo hay que ver qué quisieron tapar. ¿Quisieron tapar un homicidio o un suicidio? Si la Justicia dice que allí se fabricó una escena lo primero que debe hacer es descubrir qué estaba detrás de esa escena. No descarto que se haya tapado algo. ¿Pero qué? Se pudo intentar tapar un suicidio. El ser humano después de un hecho traumático tiene reacciones imprevisibles. Además no hay que descartar una segunda hipótesis: que el cuadro que dejaba entrever un robo haya sido real. Y que ese robo haya sido provocado por alguien a quien Natalia dejó entrar por la puerta de adelante. Si el perro de la casa no ladró fue porque ese alguien entró con Natalia. Hubo datos de que Natalia salió a un cumpleaños y volvió con alguien que fue visto por testigos. Mencionamos a los testigos que lo vieron. Y esa fue una de las pruebas negadas.

-¿Qué otras pruebas tenían contra la línea del homicidio?

-La más significativa fue la que requeríamos en relación a los informes oficiales contradictorios sobre la causa de la muerte. El médico policial negó el estrangulamiento pero el Instituto Médico Legal dijo que sí existió. La morgue del Poder Judicial dijo que pudo morir por un paro cardíaco provocado. En la Facultad de Medicina sostuvieron que el cerebro no era el de una persona estrangulada. Como hay un montón de pericias que dicen cosas distintas pedimos una pericia médica globalizadora e internacional. Esto se denegó en nombre de no menoscabar el prestigio del médico que hizo la autopsia. Aquí está la prueba madre que no se admitió. Si la Justicia quería estar tranquila, ¿por qué hizo esto? Había duda y no se dilucidó. Si la duda persiste corresponde el beneficio en favor del imputado.


Tribunal dividido
-¿Por qué resaltó las discordancias de criterio de los camaristas que confirmaron las condenas?

-Nosotros cuestionábamos la imparcialidad de quien realiza el voto que termina siendo mayoritario (Burrone de Juri) porque había integrado el tribunal que en su momento confirmó el procesamiento de mi clienta. Ahí hubo prejuzgamiento. La jueza que refiero fue al programa de Mariano Grondona a defender la tesis del estrangulamiento. Pero aparece en la escena un conjuez (Hugo Quaglia) que no está involucrado en la causa y que viene de afuera del Poder Judicial. Este conjuez coincide con nosotros, pero desde su lugar, en verificar las contradicciones. Por eso postula la absolución. Uno suele manejarse cuantitativamente, pero cualitativamente es el único que viene de afuera y no queda atrapado en la hipótesis preferida del homicidio, que se instaló el mismo día del velorio donde magistrados, familiares y amigos estuvieron mezclados. Una mezcla de lo público y lo privado donde al final no se sabe en los discursos si el que está declarando lo hace como testigo o como magistrado.

-La Corte provincial tampoco les dio la razón: dice que en el proceso no hubo arbitrariedad ni prejuzgamiento.

-Lo que la Corte debía hacer era simplemente decir si había motivos para reabrir el proceso y, en ese caso, decir si teníamos o no razón. Lo que hizo fue rechazar la queja, es decir, que nuestro planteo era inadmisible. Pero lo llamativo es que contesta todos nuestros argumentos constitucionales. Termina tratando lo que dijo que no trataría. Y ahí rebate nuestro planteo en el voto de la mayoría. Esto ahora está a resolución de la Corte Nacional.

-Hubo una ministra de la Corte, María Angélica Gastaldi, que consideró que el pedido de revisión de la causa tenía sustento.

-Es un voto en minoría, sí, pero de nuevo me llamar la atención lo cualitativo de ese pronunciamiento. ¿Quién vota? La única mujer de la Corte, que no intervino en el jury de Fraticelli y cuyo cargo anterior era Defensora del Pueblo. Y en estos niveles constitucionales lo que estamos discutiendo son derechos humanos.

-¿Cómo está hoy Graciela Dieser?

-Hablé por teléfono con ella esta mañana (por ayer) y está muy mal. Pero, se crea o no se crea, el dolor de ella es porque no tiene a Natalia. Los aniversarios son tremendos en esto. Yo creo que el hecho de estar presa en estos momentos pasa a un segundo plano. Pero para mí el hecho de que está presa injustamente debería pasar al primer plano.

-Hubo procesamiento, sentencia y confirmación en la Cámara de la condena a los Fraticelli por el crimen de su hija. Y la Corte avaló el proceso. Si lo dijéramos deportivamente, usted perdió siempre. Parece corroborado muy fuertemente que la defensa no tiene razón.

-Por supuesto. Pero todo dentro de la provincia. Todo lo que sucedió, que insisto que tiene sus disidencias, fue en un ámbito donde todo estaba tremendamente instalado. Tanto en la prensa y en la intervención judicial que, no nos olvidemos, destituyen a Fraticelli como juez. Sólo por un minuto concédame que de afuera de la provincia terminen dándonos la razón. Si Natalia se suicidó, ¿quién pagará esto? ¿Quién se hará cargo de que a una persona que perdió a su hija la tuvieron encerrada en una celda injustamente por cinco años? Nosotros pedimos el traslado del juicio a otro lado porque la comunidad y las instituciones estaban jugadas en este caso.

-¿Usted está diciendo que hubo un espíritu comarcal que incidió en el resultado del proceso?

-El juez que detuvo a mi clienta era el esposo de la madrina de Natalia. No sabemos si llegó al lugar como juez o como amigo. El fiscal, tras pedir la detención, se excusa por amistad. La causa quedó casi acéfala porque en la misma sede judicial no había jueces para poner. El día del hecho llegan a la casa algunos de los camaristas que luego confirman la sentencia. La hipótesis preferida del homicidio se gestó en el velorio y luego se instaló en el expediente. Lo público y lo privado aquí se mezclaron, como dije, de una manera extraordinaria e irrepetible.
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Graciela Dieser y Carlos Fratiucelli esperan el dictamen.


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