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 miércoles, 16 de febrero de 2005  
Sometieron a una rueda judicial a uno de los acusados por el homicidio del suboficial Orlando Martínez
Dos policías reconocieron a un joven detenido por el crimen del sargento
Los uniformados dijeron que "Panchi" Figueroa estuvo en el lugar del homicidio. Pero que no efectuó el disparo

Dos policías de la Patrulla Urbana declararon que el joven de 21 años detenido por el crimen del sargento Martínez estuvo en el lugar pero no fue quien efectuó el disparo homicida. Lo dijeron al señalarlo en una rueda judicial como el acompañante de quien mató al uniformado de un balazo en la axila el 4 de febrero pasado, en Barrio Ludueña. La medida se realizó el lunes al mediodía en los Tribunales rosarinos, donde dos policías que habían presenciado el crimen a bordo de sus móviles reconocieron a Pablo Américo Figueroa, aunque no le adjudicaron el disparo que mató al uniformado cuando éste quiso identificar a dos jóvenes que iban en bicicleta. Un menor de 16 años que también está involucrado en el homicidio, y sobre quien pesan las sospechas policiales, aún no fue sometido a reconocimiento.

Los colegas del sargento Orlando Martínez que hace doce días lo vieron morir aportaron otro dato significativo a la investigación: dijeron que, al ser atacado, el policía gatilló su arma reglamentaria pero sin éxito, porque no salió el disparo. A partir de esa declaración, la jueza de Instrucción Raquel Cosgaya pidió a peritos balísticos de la Unidad Regional II que examinen el arma del policía para determinar si es verificable que el arma falló.

Lo revelador de la rueda judicial practicada anteayer es que, según los testigos de la fuerza, no fue el joven mayor de edad quien disparó contra Martínez. Por el crimen también está preso un menor de 16 años, pero hasta ahora en Tribunales se manejaba que sólo sería un partícipe y no el autor material del disparo, sobre lo que no había pruebas.

Panchi Figueroa, un pibe analfabeto que vive en la villa de Travesía al 200, se había entregado una semana atrás al saber que lo buscaban por el homicidio del sargento. La policía lo rastreaba por su parecido con la descripción que dieron de los sospechosos los colegas de Martínez. Cuando tuvo que declarar, Figueroa se dijo inocente: directamente negó haber estado en ese lugar.

El lunes, tres personas tuvieron que reconocerlo entre otros detenidos que integraron la rueda en el subsuelo de los Tribunales. Los dos policías que acompañaban a Martínez al momento de su muerte lo sindicaron sin dudas, "de una manera ecuánime y con tranquilidad", según una fuente judicial. Los efectivos dijeron que Panchi fue quien le entregó el arma al otro chico cuando iban en bicicleta por Bielsa y, al llegar a Matienzo, un grupo de efectivos intentó identificarlos.

Entonces, el sargento bajó de uno de los dos patrulleros que estaban en el lugar -en un primer momento la fuerza solamente indicó la presencia de un móvil- y dio la orden de alto a los jóvenes de la bicicleta, al parecer porque advirtió en ellos una "actitud sospechosa". Según dijeron los testigos policiales en el juzgado, fue el otro muchacho quien efectuó el disparo que atravesó la axila izquierda del policía y le causó la muerte.

Los vecinos escucharon tres disparos y vieron a un policía tratando de auxiliar al compañero herido. Martínez, viudo, con seis hijos y 22 años de servicio, murió cuando lo trasladaban a un centro asistencial. Ese mismo día, a cinco cuadras de su casa del asentamiento toba de Almafuerte al 3000, la policía apresó al menor de 16 años a quien desde el principio señalaron como autor material. Sospecha que se ve reforzada con el resultado del reconocimiento al otro imputado.

De la medida también participó un testigo civil que no vio el momento del disparo pero sí cuando uno de los jóvenes escapaba del lugar. Este vecino fue el único que no reconoció a Figueroa. Tras el reconocimiento, el joven sigue detenido y acusado de homicidio, a la espera de que la jueza resuelva su situación procesal.

El caso también está en manos del juez de Menores Juan Leandro Artigas, a quien le corresponde deslindar qué responsabilidad tuvo el menor de 16 años también preso por el hecho. Se trata de Heraldo V., un pibe de la comunidad toba que niega haber disparado contra el policía. El menor, que llegó golpeado al tribunal, reconoció que cargó a un acompañante en su bicicleta 300 metros antes de ser interceptados por los hombres de dos patrulleros. Pero no se hizo cargo del balazo. Desde el comienzo, en Jefatura consideraron a este menor autor del crimen. Pero en el juzgado estiman que a lo sumo puede ser hallado partícipe secundario a partir de las pruebas reunidas contra el menor, que aún no fue sometido a reconocimientos.
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El lugar del fatal suceso.

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