La Capital
edición especial
      miércoles, 17 de noviembre de 2004  
De puño y letra
Capital de la lengua
El Congreso

Reportaje - Cristina Peri Rossi, literatura y feminismo
"En la Real Academia faltan mujeres"
La poeta y narradora uruguaya, residente en España, promete ser una de las disertantes más polémicas del Congreso

Rodolfo Montes

Cristina Peri Rossi presenta "Estrategias del deseo" -su último libro de poesía- en el Ateneo de Barcelona, en la Carrer de la Canuda. Provoca, cautiva a su audiencia catalana. Afuera, en el mágico barrio Gótico, setecientos años de historia se aprietan en los márgenes estrechos del callejón. El auditorio del Centro Cultural goza con el monólogo de Cristina, y con fragmentos de sus poemas.

Nacida en Montevideo, Peri Rossi vive en Barcelona desde 1974. "Pero cada vez que subo un taxi tengo que soportar que me pregunten ¿usted de dónde es?", confesará, horas después, a La Capital en una extensísima charla en su casa del Ensanche, un barrio fuera del casco histórico, revelador de la nueva y algo ostentosa Cataluña.

Peri Rossi llegará al Congreso de la Lengua de Rosario para hablar sobre "Escritura literaria: la invención de una identidad". Pero algo es seguro, Cristina no vendrá a la ciudad para ceñirse a unos títulos que "no entiendo bien qué quieren decir". Para empezar, está en contra de las identidades: "Creo que son un invento de la industria del perfume -desafía- porque ¿vieron que los perfumes tienen ‘identidad’?" Después dirá a propósito de su nuevo libro, y a modo de definición: "No tiene relevancia si mi poesía habla de amor homosexual, bisexual u heterosexual. El deseo es un universal equiparable a todas las experiencias y en el que nos podemos reconocer".

Además de poesía, novelas, militancia feminista y política, derechos de la comunidad gay y conferencias varias, Peri Rossi escribe para cientos de miles de lectores en el diario El Mundo de España -edición de Cataluña- y en la sección Grandes firmas de la Agencia EFE.

"Allí puedo escribir de un partido de fútbol, del matrimonio gay o del maltrato a las mujeres en España, de lo que se me cante", explica. Y agrega, "me acostumbré a trabajar para los medios, soy cumplidora. Es raro que no me hayan llamado para el derby Barcelona-Espanyol, porque escribo sobre fútbol. Pero también puedo meterme con el cine y con la biología. Tengo un registro muy amplio".

La fórmula que encontró para con los españoles es hablarles sin prejuicios ni reverencias. "Ellos desprecian que los adulen, porque han adulado demasiado durante muchas décadas de dictaduras -dice la uruguaya-. De pronto respetan más a alguien como yo que les dice a los catalanes "¿qué les pasa con el cuerpo, qué dificultad tienen que no se tocan? Y les sugiero que se toquen, que se van a sentir mejor".

-¿Por dónde irá su ponencia en Rosario, qué tipo de preocupaciones va a plantear?

-No me preocupa qué vaya a decir en el Congreso de Rosario, lo único que me inquieta es saber en qué hotel voy a parar, con quiénes voy a estar. Faltan saber algunos detalles.

-¿Qué valoración hace de la tarea de la Real Academia Española y del Instituto Cervantes, principales organizadores del Congreso?

-A la Real Academia diría que le faltan mujeres, creo que tiene sólo dos. Digo, tienen una determinada mirada del mundo porque, se sabe, el sexo es una posición de poder e imprime carácter. Ahora, en cuanto a la incorporación de los americanismos de los últimos años, reconozco que me gustó mucho la tarea de la Real Academia.

-Los varones dominan, por ahora, el uso de la lengua.

-Creo que las mujeres también la podemos usar bien. Por ejemplo, en España, los jurados de los premios nacionales de literatura son en su enorme mayoría hombres. Me gustaría hablar de estos temas en el Congreso.

-¿Qué dejó como legado el boom latinoamericano en España?

-En la generación de los sesenta y setenta, mucho. "Rayuela", por dar un ejemplo, es un libro emblemático para toda una generación en este país. Diría que lo leyeron más que en la Argentina. Mi análisis del llamado boom latinoamericano viene ligado a las simpatías por los procesos revolucionarios, especialmente por la revolución cubana. Siempre que hay explosión literaria, en el proceso histórico, hay otro proceso político y económico paralelo que lo posibilita.

-También podría hablarse de boom actual de mujeres escritoras, aunque no estén, en igual proporción, en los jurados. ¿Cómo lo ve?

-Las mujeres en España empezaron a leer a escritores hombres y a mujeres. Hay un auge de feminismo y el mercado lo percibe sin prejuicios, y quiere descubrir a fondo el deseo del consumidor. Así se explica que tengamos muchas mujeres publicando libros.

-Pensando en Julio Cortázar, Juan Carlos Onetti, grandes nombres del Río de la Plata que la rozaron especialmente. ¿Reconoce en su producción literaria huellas de aquel origen?

-Me defino como escritora poco coloquial, más bien universal. Tengo más dependencia en el lenguaje oral que en el escrito. Ya en la vieja polémica entre los grupos de Florida y Boedo queda a la vista que el lenguaje literario es artificial y tiene como fin crear belleza. En cambio, en comunicación la eficacia pasa por entregar información, comprensión y síntesis.

-Abandonó Montevideo muy joven, ¿cómo y por qué fue?

-Yo no me hubiera ido nunca si no fuera por los militares, no tenía ninguna gana de viajar.

-¿Pensó en volver con la caída de la dictadura?

-Apenas salieron las botas yo pisé Montevideo. Pero sucede que soy la única catedrática a la que no le han restituido el cargo, a pesar de que hice dos veces el trámite. Sí me devolvieron la nacionalidad que los militares me habían retirado. En una etapa fui apátrida, ni uruguaya ni española. Hasta que el rey de España me invitó al Palacio de la Zarzuela, en una recepción a escritores. No debía ser tan peligrosa, si el rey me invitaba... Cuando volvió la democracia, el embajador uruguayo en Madrid me devolvió públicamente la nacionalidad uruguaya.

-¿Qué valoración hace de la expansión de los hispanoparlantes en el mundo?

-Me da mucha alegría, sobre todo si el español compite con el inglés que es una lengua que no soporto... y no por motivos políticos, sino por motivos auditivos. Yo tengo un oído muy musical, me gusta el inglés de Inglaterra pero no soporto el de Estados Unidos. La gran noticia para Latinoamérica es que Brasil adoptó el castellano como segunda lengua, eso nos va impactar muy fuertemente en el Río de La Plata, será positivo.

-¿Cuáles fueron sus vínculos con la Argentina?

-¿Aparte de una novia argentina exiliada que tuve durante diez años? (sonríe)

-Incluyéndola, me refiero a todos los vínculos importantes, personales y profesionales.

-Fue una relación de amor clave de mi vida, con largas charlas sobre las tragedias políticas de la Argentina y el Uruguay, que en aquellos momentos eran contemporáneas a nuestras vidas. Siempre digo que debimos haber grabado aquellas charlas, hoy sería un material histórico.

-Construían el relato rioplatense desde el exilio.

-Caminamos Barcelona como nadie, hablando todo el tiempo. Ella me hizo conocer Buenos Aires, la épica de la izquierda argentina, y ese fenómeno complicado de entender -hasta el día de hoy- que es el peronismo. Y yo le hice conocer Montevideo. Cuando cayeron las dictaduras la relación de pareja se complicó. Ella eligió volver y yo me quedé en España. Hubo muchas parejas que pasaron por la misma crisis.


Una militante histórica del frente amplio
Cristina Peri Rossi fundó y dirigió en España por muchos años una asociación para denunciar la situación de los presos políticos de la dictadura militar en su país. Es, además, miembro de la coalición política de izquierda Frente Amplio, prácticamente desde su fundación, en 1971. “Necesitamos ganar las elecciones para concretar un sueño de toda la vida —reconoció Peri Rossi a este diario, unos días antes del domingo 31 de octubre—, para culminar un ciclo de acumulación, aunque más no sea para saber cuáles son los ajustes que necesitará nuestra gestión en el gobierno uruguayo. No hay nada peor que un sueño eterno no realizado“ advierte Cristina, mientras palpita —desde Barcelona— el tramo final de una campaña electoral uruguaya.

“El Frente tuvo y tiene una discusión política interna muy intensa, pero a mí me respetan todos. Nunca fiché para ninguno de los partidos, soy una mujer de izquierda independiente. A nadie se le ocurre que pueda estar trabajando secretamente para los comunistas, los tupamaros u otro partido del Frente”, aclara Cristina, orgullosa de su trayectoria.

La dictadura uruguaya “fue para mí una cuestión personal. Siempre me pareció una canallada increíble que me hayan dejado apátrida, sin patria, sin tierra. A tal punto que me la pasé dando conferencias contra la dictadura durante los trece años que duraron los militares en el poder” explicó Peri Rossi, evocando la pasión de aquella resistencia.

“Fue una dictadura que yo llamé metafísica —continuó—. Recuerdo que de los medios de prensa de Madrid me llamaban y me decían: ‘escribí sobre la dictadura de tu país y poné grande el nombre del dictador’, pero resulta que nosotros tuvimos dictadura sin nombre, sin un Pinochet, sin un Videla. Ahí ya se complicaba, porque en periodismo vas a denunciar pero resulta que no tenés el nombre del «malo»... ya vamos mal”.

Cuando se cerró el capítulo militar Peri Rossi sufrió un gran vacío, “me di cuenta que les había dedicado mucha pasión y mucha literatura a ellos. Entonces cambié, empecé a escribir sobre otras pasiones, en este caso fue el regreso a las pasiones subjetivas”.


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