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 miércoles, 20 de octubre de 2004

Realizan la primera cirugía por obesidad en un hospital público
La intervención cuesta más de 20 mil pesos y no es reconocida por obras sociales y casi ninguna prepaga

Laura Vilche / La Capital

Son cirujanos, clínicos, nutricionistas, psiquiatras, endocrinólogos, anestesiólogos y enfermeros. Un equipo de nueve profesionales que conforman el Comité de Obesidad del Hospital de Día del Centenario y los responsables de haber colocado la primera banda gástrica a un obeso en un efector público de la ciudad. Se trata de una cirugía laparoscópica con la que se reduce el volumen estomacal a través de un globo de silicona ajustable (ver aparte) que cuesta unos 2.500 dólares. La intervención, indicada especialmente a pacientes cuyo sobrepeso pone en riesgo su salud, se cotiza en más de 20 mil pesos en el sector privado; no es reconocida por obras sociales y casi ninguna prepaga. Sin embargo, a Máximo Gargano, un paciente de 49 años y 158 kilos, la operación y el tratamiento no le salieron un solo peso.

Ayer, a sólo tres días de la intervención que duró menos de una hora, el hombre se recuperaba favorablemente en su casa. Eso sí, por una semana estará sólo a dieta líquida, y luego y por un largo tiempo comenzará a comer apenas 30 centímetros cúbicos de comida (menos de un pocillo de café), ocho veces al día.

La banda gástrica se hizo famosa hace dos años cuando personajes de la farándula como Alfredo Casero y María Marta Serra Lima apelaron a ella para combatir el sobrepeso. "Pero Casero no logró perder muchos kilos, lo que demuestra que la cirugía no es milagrosa. El éxito depende mucho de que el paciente esté estable psicológicamente y para eso es importante que un equipo de profesionales como el nuestro acompañe su tratamiento antes, durante y después de la operación", señaló uno de los cirujanos de este caso, Juan Pablo Haurie.

El médico estuvo en el quirófano junto a su colega Alejandro Nasurdi, pero fue todo el equipo multidisciplinario, que desde hace un año funciona en el Centenario, el que atendió al paciente.

El servicio de este hospital atiende a otros seis obesos mórbidos: al más joven le faltan pocos años para llegar a los 30 y el más gordo tiene 190 kilos. Se trata de Delia Ludueña, una mujer de 50 años, que pesando 250 kilos se presentó en la Defensoría del Pueblo en julio de este año pidiendo que atendieran su caso. Hoy sigue en tratamiento.

Haurie y Nasurdi explicaron ayer a La Capital por qué sólo el 5 por ciento de estos pacientes llega al tratamiento quirúrgico.

Según ambos médicos, se opera sólo a quienes tienen un índice de masa corporal mayor a 35, una obesidad (bastante superior a los cien kilos) que pone en riesgo la vida del paciente porque en la mayoría de los casos es acompañada por enfermedades como diabetes, hipertensión, problemas de rodillas y movilidad, artritis, artrosis, insuficiencia cardíaca y alteraciones del sueño.

"Aquí atendemos tanto a pacientes con sobrepeso como a mórbidos, pero no todos llegarán a la cirugía. Para algunos con unos 20 kilos bastará con un tratamiento nutricional, ejercicio y apoyatura psicológica. La idea de colocar la banda es para quienes fracasaron en decenas de tratamientos y están preparados anímicamente", señaló Nasurdi.


Tras el calvario
"Sólo los que saben qué es llegar a caminar con bastón porque no se pueden mover las piernas y qué implica aislarse del resto de la sociedad porque se padece el cuerpo, entienden la alegría que tengo. Viví años de tratamientos, un calvario", le dijo ayer a este diario Máximo Gargano.

Si no fuera porque fue el primero de los pacientes del Centenario en pasar por esta operación habría sido dado de alta a las horas de operado. Pero lo mantuvieron internado hasta anteayer y los profesionales lo seguirán controlando semanalmente.

"Todo el equipo me atendió de diez, todo el tiempo. Y en la panza apenas tengo cuatro puntos (cicatrices). Y por suerte no tengo hambre: estoy a agua, caldos e infusiones", aseguró Gargano.

La idea es que el paciente llegue a pesar unos 80 kilos en un año. Y que muchos más como él se sumen a la experiencia. Sólo queda en manos del Estado solventar estos tratamientos para quienes no tienen obra social. Por si falta aclararlo, Haurie advirtió. "Nosotros ya contamos con el equipo profesional y en poco tiempo iremos por el by pass en obesidad".

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Los cirujanos Juan Pablo Haurie y Alejandro Nasurdi trabajan con los obesos junto a un equipo interdisciplinario.

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